Retinopatía del prematuro
¿Qué es la retinopatía del prematuro?
La retinopatía del prematuro es una enfermedad ocular que puede afectar a los bebés prematuros. Hace que crezcan vasos sanguíneos anormales dentro de la retina, y puede llevar a la ceguera.
¿Qué ocurre en la retinopatía del prematuro?
La retinopatía del prematuro hace que los vasos sanguíneos crezcan de una forma anormal dentro del ojo, pudiendo tener escapes de sangre o sangrar. Esto conduce a la cicatrización de la retina, la capa de tejido nervioso del ojo que envía al cerebro los mensajes que nos permiten ver.
Cuando las cicatrices se encogen, tiran de la retina, separándola o desprendiéndola de la parte posterior del ojo (o fondo del ojo). En los casos más graves, esto puede provocar pérdidas en la visión e, incluso, la ceguera.
Causas de la retinopatía del prematuro
Cuando los bebés están dentro del vientre materno, sus vasos sanguíneos empiezan a crecer a las 16 semanas de embarazo y no dejan de crecer hasta después de nacer. Por eso, nacer de forma prematura puede alterar este crecimiento y causar un crecimiento anormal. Los bebés que nacen antes de la semana 31 de embarazo o que pesan menos de 1.500 gramos son los que más se exponen a padecer esta afección.
La retinopatía del prematuro no se asocia a signos ni síntomas cuando se empieza a desarrollar en el ojo del recién nacido. La única manera de diagnosticarla es mediante una exploración ocular practicada por un oftalmólogo.
¿Cómo se trata la retinopatía del prematuro?
Algunos casos de retinopatía del prematuro son leves y se corrigen por sí solos. Pero hay otros que son lo bastante graves como para causar una cicatrización que puede hacer que la retina se desprenda del resto del ojo. En estos casos es necesario operar para prevenir la pérdida de la visión o la ceguera.
Esta operación detiene el crecimiento de vasos sanguíneos anormales dentro del ojo. El tratamiento se focaliza en la retina periférica (los lados de la retina) para preservar la retina central (la parte más importante). Esta operación implica cicatrizar áreas de la retina periférica para frenar el crecimiento anormal de los vasos sanguíneos y evitar el desprendimiento de retina.
Puesto que la cirugía se centra en la retina periférica, puede haber cierta cantidad de pérdida de la visión periférica. Pero, al preservar la parte central de la retina, el ojo puede seguir llevando a cabo sus funciones vitales, como ver lo que tiene delante, distinguir colores, leer, etc.
Cirugía
Los métodos más frecuentes para operar una retinopatía del prematuro son los siguientes:
- cirugía por láser (también conocida como “tratamiento láser” o “fotocoagulación”) Es la que se practica más a menudo. Pequeños rayos láser crean una cicatriz en la retina periférica.
- inyección: se inyecta un medicamento en el ojo. Esto se puede hacer como una alternativa al láser o junto con la cirugía por láser. Este tratamiento es el más novedoso y sus resultados son prometedores, ya que suele permitir que los vasos sanguíneos crezcan con más normalidad. Las investigaciones sobre el tratamiento de la retinopatía del prematuro prosiguen y tratan de determinar los efectos a largo plazo de la medicación en los bebés prematuros.
Para los casos más avanzados de retinopatía del prematuro asociados a desprendimiento de retina, se usan los siguientes métodos:
- indentación escleral: supone colocar una banda flexible, generalmente de silicona, alrededor de todo el ojo. La banda rodea la esclerótica, o el blanco del ojo, haciendo que se pliegue hacia dentro o que se doble. Esto, a su vez, empuja la retina desprendida para aproximarla a la pared externa del ojo.
- vitrectomía: esta operación supone sustituir el humor vítreo (un gel transparente que hay en el centro del ojo) por solución salina (de sal). Esto permite extraer el tejido cicatrizal y reduce los tirones sobre la retina, lo que impide que se siga desprendiendo.
¿Qué ocurre en la cirugía de la retinopatía del prematuro?
El oftalmólogo de su hijo hablará con usted sobre qué tipo de operación es la mejor para su caso en concreto.
La cirugía de la retinopatía del prematuro se suele hacer con el niño bajo anestesia general (un medicamento que provoca un estado de sueño profundo) o bien bajo sedación (el paciente no es consciente del procedimiento pero no está tan profundamente dormido como cuando se somete a anestesia general). Algunos procedimientos se pueden hacer fuera de un quirófano (como la cirugía por láser), mientras que otros se deben hacer dentro de un quirófano.
Al principio, los médicos le ponen gotas oculares al bebé para dilatarle la pupila antes del procedimiento. Durante la operación, un instrumento llamado “blefarostato” se introduce con suavidad debajo de los párpados para impedir que se cierren. La respiración del bebé y la frecuencia cardíaca se controlan atentamente.
El ojo se cubrirá con un parche tras una indentación escleral o una vitrectomía, pero no después de una cirugía por láser o de una inyección. Si el niño necesita permanecer o no en el hospital es algo que dependerá del estado del niño y de su edad en el momento de la operación.
Si no es necesario que su hijo se quede en el hospital, se lo podrá llevar a casa aproximadamente una hora después del procedimiento. Tendrá que ponerle gotas oculares para prevenir la infección y/o la inflamación durante por lo menos una semana.
Para asegurarse de que los ojos de su hijo se curan bien y de que la retinopatía del prematuro no reaparece, acuda con su hijo a las vistas de seguimiento con su oftalmólogo. Estas suelen tener lugar cada una a dos semanas. En la indentación escleral, el oftalmólogo deberá examinar el pliegue del ojo del paciente cada 6 meses para controlar cómo le está creciendo el ojo.
¿Qué más debería saber?
La meta de la cirugía de la retinopatía del prematuro consiste en impedir que la enfermedad empeore y en prevenir la ceguera. La cirugía de la retinopatía del prematuro tiene un buen índice de resultados positivos, pero no todos los bebés responden bien al tratamiento. Algunos bebés que se operan para tratar una retinopatía del prematuro pueden seguir perdiendo parte de la visión.
En la cirugía de la retinopatía del prematuro, se pierde cierto grado de visión periférica (o lateral). E incluso si la retinopatía del prematuro deja de avanzar, la visión puede verse afectada. Debido a que pueden ocurrir algunas pérdidas de visión y otros problemas oculares, todo niño que nazca con una retinopatía del prematuro se deberá hacer revisiones oculares cada año hasta bien entrada la edad adulta.