Cómo afrontar los desencadenantes: Mascotas
Hay una variedad de elementos en el medio ambiente que pueden empeorar los síntomas del asma o de las alergias. Se conocen como “desencadenantes“. El médico de su hijo lo puede ayudar a averiguar cuáles son esos desencadenantes en su hijo.
Estar cerca de los animales puede ser un desencadenante en muchos niños.
¿Por qué las mascotas pueden ser desencadenantes?
Las mascotas tienen una proteína en la saliva, la orina (pis) y la caspa (pequeños copos de piel muerta) que puede desencadenar los síntomas de la alergia o del asma en la gente.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a afrontarlo?
Si cree que el hecho de estar cerca de la mascota de la familia está haciendo que empeoren los síntomas de su hijo, pida que le hagan la prueba de la alergia.
Si resulta que su hijo tiene alergia a los animales, deberán tomar la decisión de si conservan la mascota en su casa o le buscan un nuevo hogar. Lo mejor es sacar el animal de casa, aunque no suele ser la solución más fácil ni la más alegre. Su hijo, otros niños que viven en su casa e, incluso, los adultos de la familia lo pueden pasar mal al tomar esta decisión.
En algunos casos, es posible que el médico diga que pueden tener a la mascota en casa si su hijo se medica o se pone la vacuna contra la alergia. En este caso, usted deberá limitar la exposición de su hijo a la mascota.
He aquí algunos consejos:
- No permita que la mascota entre en la habitación de su hijo ni el cuarto donde suele jugar.
- Dígale a su hijo que no bese ni abrace a la mascota.
- Pase la aspiradora y quite el polvo con regularidad, y evite las alfombras, alfombrillas y moquetas que vayan de pared a pared, sobre todo en la habitación de su hijo.
- Haga que sea una persona distinta a su hijo quien lave o cepille a la mascota cada semana. Bañar al animal semanalmente puede ayudar a reducir la cantidad de caspa que se esparce en el hogar.
- Si tienen un gato, no permita que su hijo se acerque al cajón de los excrementos y coloque el cajón lejos de los ventiladores.
- Inste a todos los miembros de la familia a lavarse las manos después de jugar con la mascota.
- Si tienen una mascota que vive dentro de una jaula, mantenganla en una habitación donde su hijo no suela entrar. Asimismo, haga que limpie la jaula una persona distinta a su hijo cada día. Informe a los profesores de su hijo de las alergias que padece si tienen un animal enjaulado en el aula.
- Considere la posibilidad de comprar un purificador de aire provisto de filtro HEPA (aire de partículas de alta eficacia) para la habitación y el cuarto donde juega su hijo. Los sistemas de filtración central también son una opción, pero son mucho más caros.
A veces, estas medidas pueden no bastar. Debido a que los alérgenos son trasportados por el aire, los sistemas de calefacción y de ventilación dispersarán los alérgenos por toda la casa, incluso aunque la mascota no entre en la habitación de su hijo.
¿Y si no nos podemos quedar con la mascota?
Si su hijo sigue presentando síntomas después de medicarse e, incluso, de vacunarse contra la alergia, o necesita tomar muchos medicamentos para poder estar cerca de su mascota, es posible que la única opción sea buscar un nuevo hogar para la mascota.
En tal caso, asegúrese de comentarlo antes con su hijo. Asegúrese de que su hijo no crea que es por su “culpa” y de que sus hermanos tampoco le echan las culpas a él. Tener que despedirse de una mascota, incluso aunque acabe en la casa de un buen amigo, puede ser muy duro para toda la familia.
Después de sacar a la mascota de casa, la caspa puede tardar hasta varios meses en desaparecer del domicilio.
Cuando su hijo vaya a la casa de un amigo que tenga una mascota, antes se debería tomar cualquier medicación que tome para la alergia y (al igual que siempre) llevar encima su medicamento de alivio rápido (también conocido como de rescate o de efecto inmediato).