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Hoja informativa sobre la bulimia (para las escuelas)

Qué deben saber los maestros

La bulimia, también conocida como “bulimia nerviosa”, es un trastorno de la conducta alimentaria en que la persona come a menudo grandes cantidades de comida durante períodos de tiempo cortos (se da atracones). Y hace cosas para compensar ese comer en exceso (conocidas como purgas). Los afectados pueden hacerse vomitar a propósito, usar laxantes, diuréticos, pastillas para perder peso, hacer ayuno o mucho ejercicio físico para prevenir la ganancia de peso. 

Las personas con bulimia suelen tener un peso normal o sobrepeso. Los problemas de salud asociados a la bulimia están relacionados con los comportamientos relacionados con las purgas. Los vómitos frecuentes pueden causar:

  • dolor abdominal
  • erosión y caries dentales
  • hinchazón de mejillas (glándulas salivares)
  • deshidratación

Los vómitos, el abuso de laxantes y la toma de diuréticos pueden llevar a problemas de salud graves, como ritmo cardíaco irregular y de riesgo vital. Los problemas de salud mental, como los trastornos de ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo y la depresión son más frecuentes en las personas que tienen bulimia. 

Los alumnos con bulimia pueden:

  • presentar fluctuaciones en el peso corporal
  • juzgarse a sí mismos basándose en el peso y la forma de su cuerpo
  • ir al váter justo después de las comidas 
  • pasarse mucho tiempo haciendo ejercicio físico y entrenando
  • estar aislados, ansiosos, deprimidos y tener una baja autoestima
  • evitar las actividades sociales y las fiestas de sus compañeros de clase que se celebren con comida
  • necesitar más tiempo para hacer los deberes y las tareas escolares debido a las terapias y a las visitas al médico y/o al nutricionista

Qué pueden hacer los maestros

La detección precoz es la mejor manera de tratar con éxito un trastorno de la conducta alimentaria como la bulimia. Si sospecha o sabe que un alumno suyo tiene un trastorno de la conducta alimentaria, es importante que lo derive para que lo traten. El orientador escolar o la enfermería del centro lo pueden ayudar. 

Cree una atmósfera que promueva la salud y el bienestar en la clase sin focalizarse en el peso. Demostrar una actitud sana hacia la comida, el ejercicio físico y la imagen corporal puede sentar un buen ejemplo para sus alumnos.