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Preguntas más frecuentes sobre la lactancia materna: Sólidos y biberones suplementarios

Amamantar a un bebé es lo más natural, pero la lactancia materna suele venir con su parte correspondiente de preguntas. Aquí encontrará lo que necesita saber sobre cómo introducir la leche de fórmula y los sólidos en la dieta de su hijo. 

¿Está bien alimentar a mi bebé con leche materna y leche de fórmula?  

La leche materna es la mejor elección nutricional para los bebés. Pero en algunos casos, amamantar (o alimentar al bebé exclusivamente con leche materna) puede no ser posible. Lo mejor para la salud y la felicidad de su bebé depende, en gran medida, de lo que funcione bien para toda la familia. O sea que, si necesita darle algún biberón suplementario, su bebé estará bien y crecerá sano, sobre todo si eso supone un menor nivel de estrés para usted. 

A los bebés que necesitan biberones suplementarios, les suele ir bien usar un sistema de lactancia suplementario. Esto consiste en que la madre se coloca un tubito en el pezón que libera leche materna (extraída previamente) o leche de fórmula mientras su bebé está mamando. 

Los bebés también se pueden alimentar de leche materna (extraída previamente) o de leche de formula administradas con biberón. Pero es una buena idea esperar hasta que su hijo se haya adaptado bien a la lactancia materna y esté mamando bien. La mayoría de los especialistas en lactancia materna recomiendan esperar un mínimo de tres a cuatro semanas antes de ofrecer al bebé cualquier tipo de tetina (incluyendo las de los chupetes).

Si necesito dar leche de fórmula a mi bebé, ¿cómo empiezo?

Si va a utilizar leche de fórmula porque no está fabricando la cantidad de leche que necesita su bebé, empiece amamantándolo primero. Luego, dele leche materna previamente extraída y complete la toma con la cantidad de leche de fórmula que necesite su bebé.

Si usted está concluyendo el amamantamiento para destetar a su bebé, empiece a sustituir sesiones de amamantamiento por tomas con biberón. Cuando lo haga, extráigase leche para reducir la incomodidad de la congestión mamaria. La congestión mamaria ocurre cuando las mamas se le llenan demasiado de leche u otros fluidos y se hinchan, se ponen calientes y duras y duelen. Esto puede llevar a problemas provocados por la obstrucción de los conductos mamarios (cuando no drenan bien, lo que impide que salga leche) o a una afección mamaria llamada mastitis. 

A medida que vaya reduciendo las tomas, su producción de leche irá disminuyendo. Y su cuerpo se acabará adaptando a la nueva pauta de lactancia, fabricando una menor cantidad de leche.

¿Cómo afectará a mi hijo una dieta que contenga leche de fórmula?

Empezar a dar leche de fórmula a un bebé previamente amamantando puede causar algunos cambios en la frecuencia, color y consistencia de las heces del bebé. De todos modos, asegúrese de hablar con el médico de su hijo si este tiene problemas para ir de vientre. 

Si al principio su bebé rechaza la leche de fórmula, pruebe a mezclársela con leche materna previamente extraída para ayudarlo a habituarse al nuevo sabor. 

¿Está bien que sea yo quien le dé el primer biberón a mi bebé? 

De ser posible, debería ser otra persona quien le dé el primer biberón a su bebé. Esto se debe a que los bebés reconocen el olor de sus madres y están acostumbrados a que ellas les ofrezcan el pecho y su leche, en vez de un biberón. Por lo tanto, intente que sea otra persona, como un cuidador o el padre del bebé, quien le dé su primer biberón. 

Considere la posibilidad de salir de casa o, por lo menos, de la vista de su bebé cuando le den su primer biberón, porque su pequeño no entenderá por qué motivo usted no lo está alimentando como de costumbre. Dependiendo de cómo acepte su bebé el biberón, es posible que tengan que seguir con esta forma de proceder hasta que el pequeño se acostumbre a tomar el biberón. 

Si a su bebé le cuesta mucho adaptarse a esta nueva forma de alimentarse, tengan paciencia y síganlo intentando. Hable con el médico de su hijo si tiene dudas o preguntas al respecto. 

Mi bebé amamantado ¿necesita tomar algún suplemento? 

La leche materna contiene vitaminas y minerales. Pero es una buena idea darle a su hijo amamantado un suplemento diario de algunos nutrientes de los que carece la leche materna. Todo depende de la edad que tenga. 

Aquí tiene algunas recomendaciones generales: 

  • Vitamina D. Los bebés amamantados necesitan tomar un suplemento diario de vitamina D. La vitamina D se añade a todas las leches de fórmula. La vitamina D se fabrica en el cuerpo cuando la piel se expone a la luz solar, pero no es seguro exponer al sol a bebés menores de 6 meses de edad. (A partir de los 6 meses, use protector solar para proteger la piel de su bebé cuando se exponga a la luz solar). 
  • Hierro. El hierro es un mineral que contiene la leche materna fabricada durante los primeros 4 meses de vida del bebé. Después de este punto, los bebés necesitan tomar suplementos de hierro hasta que empiecen a comer una cantidad suficiente de alimentos ricos en hierro (como los cereales y la carne), lo que suele ocurrir cuando tienen unos 6 meses de vida. Si su bebé toma una mezcla de leche materna y leche de fórmula enriquecida con hierro, hable con su médico para saber si necesita o no tomar un suplemento. Después de empezar a tomar sólidos, algunos bebés siguen necesitando tomar suplementos de hierro si no están ingiriendo suficiente cantidad de alimentos ricos en hierro. El médico de su hijo le puede indicar si su bebé está tomando suficiente cantidad de hierro. 
  • Flúor. Los bebés menores de 6 meses no necesitan tomar suplementos de flúor. Cuando su hijo cumpla 6 meses, podrá empezar a darle suplementos de flúor si el agua corriente que llega a su casa no está fluorada. El agua de pozo, el agua embotellada, el agua corriente de algunas comunidades y las leches de fórmula listas para tomar no contienen flúor. 

Es muy importante averiguar si el agua corriente que llega a su casa contiene flúor. Puede preguntar a su médico, dentista o la agencia que les suministra agua si el agua corriente que llega a su casa está fluorada. Darle a un niño una cantidad excesiva de flúor le puede provocar marcas blancas en la dentadura; por eso, no es necesario dar suplementos de flúor a niños que tienen agua fluorada en sus casas. 

¿Cuándo debo introducir los alimentos sólidos?

El mejor momento para introducir los alimentos sólidos en la dieta de su hijo es cuando cuente con las habilidades necesarias para comer, lo que suele ocurrir entre los 4 y los 6 meses de edad. Eso ocurrirá cuando su bebé:

  • tenga un buen control del cuello y de la cabeza
  • se pueda sentar
  • haya perdido el reflejo de protrusión lingual (que hace que los bebés escupan los alimentos que les meten en la boca) 
  • tenga las habilidades motoras necesarias para llevar los alimentos a la parte posterior de la boca a fin de masticarlos
  • muestre interés por la comida (mira cómo comen los demás, trata de agarrar la comida que está cerca y abre la boca cuando se le acerca la comida)

Alrededor de esta edad, los bebés suelen doblar su peso natal o acercarse a esa cifra. 

Espere hasta que su bebé tenga por los menos 4 meses y muestre signos de estar preparado antes de introducir los alimentos sólidos en su dieta. Hay muchos bebés que solo se alimentan de leche materna hasta los 6 meses de edad y están completamente sanos.

Los bebés que empiezan a comer alimentos sólidos antes de los 4 meses de edad presentan un mayor riesgo de desarrollar obesidad y otros problemas de salud más adelante. Además, no tienen la coordinación necesaria para tragar alimentos sólidos con seguridad y podrían atragantarse con la comida e inhalarla hacia los pulmones. 

¿Cómo debo introducir los alimentos sólidos?

Cuando sea el momento adecuado, empiece a darle a su bebé papillas de un solo cereal enriquecidas con hierro. El primer cereal que se introducía tradicionalmente era el arroz, pero puede empezar con el cereal que usted prefiera. Empiece con 1 o 2 cucharadas de papilla mezclada con leche materna, de fórmula o agua. No añada nunca cereales al biberón de su bebé a menos que se lo recomiende su médico.

Otra buena opción consiste en darle carne rica en hierro, tamizada o en puré. Alimente a su bebé con una cucharita para bebés.

En esta etapa, los alimentos sólidos se deben dar después de amamantar al bebé, no antes. Así, su bebé se llenará con la leche materna, que debe ser su principal fuente de nutrición hasta que cumpla un año.

Cuando su bebé se acostumbre a comer su primer alimento, vaya introduciendo otros alimentos, como papilla o puré de frutas, verduras, legumbres (como las alubias o las lentejas) o yogur. Espere unos pocos días antes de introducir un nuevo alimento para asegurarse de que su bebé no presenta una reacción alérgica.

Los expertos recomiendan empezar a introducir los alérgenos alimentarios (sustancias que pueden provocar reacciones alérgicas) más frecuentes en la dieta del bebé cuando este tenga entre 4 y 6 meses de edad. Aquí también se incluye a los bebés con antecedentes familiares de alergias alimentarias. Antes se creía que a este tipo de bebés no se les deben dar alimentos alergénicos (como huevos, cacahuetes y pescado) hasta que cumplieran un año. Pero estudios recientes sobre este tema sugieren que esperar tanto podría hacer más probable que el bebé desarrollara alergia a estos alimentos.

Ofrézcale estos alimentos a su bebé en cuanto empiece a comer alimentos sólidos. Asegúrese de servírselos de formas que le resulten fáciles de tragar. Por ejemplo, puede darle pequeñas cantidades de mantequilla de cacahuete mezcladas con puré de fruta o yogur, o huevos revueltos.

¿Cuándo puedo darle agua a mi bebé?

Durante los primeros meses de vida, los bebés no suelen necesitar tomar agua. La leche materna y la leche de fórmula proporcionan todos los fluidos que necesitan los bebés. En los días de mucho calor, a la mayoría de los bebés les basta con alimentarse más veces. 

En cuanto su bebé empiece a comer alimentos sólidos, puede ofrecerle unas cuantas onzas líquidas (o centilitros) de agua entre tomas, pero no lo fuerce. 

¿Y qué pasa con el jugo?

El jugo de frutas no es recomendable para los bebés. El jugo de frutas no es bueno para la salud, ni siquiera para los niños mayores. El jugo puede llenar a su bebé (dejando muy poco espacio para alimentos más nutritivos), favorecer la obesidad, causar diarrea e, incluso, hacer que su bebé tenga un riesgo más alto de desarrollar caries cuando le empiecen a salir los dientes.