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Programa de educación individualizada (IEP)

¿Qué es un IEP?

Los niños que necesitan ayuda y apoyo adicional en la escuela pueden cumplir los requisitos necesarios para beneficiarse de los servicios de educación especial que proporcionan los programas de educación individualizada (IEP, por sus siglas en inglés). Estos programas gratuitos y que se ofrecen a familias de niños de escuelas públicas especifican los objetivos educacionales a cumplir, así como cualquier servicio de apoyo que sea necesario para que los niños puedan alcanzar esos objetivos. 

La ley de educación para individuos con discapacidades (IDEA) señala que los padres o tutores de los alumnos con discapacidades o necesidades especiales son miembros importantes del equipo educativo de sus hijos. Deben trabajar con los educadores de sus hijos para desarrollar un plan a fin de que sus hijos rindan en la escuela. 

Si los padres entienden cómo acceder y cómo usar estos servicios, ayudarán a sus hijos a rendir lo máximo en sus centros de estudios. 

¿Quién necesita un IEP?

Los niños que requieran servicios de educación especial se pueden beneficiar de un IEP. Aunque hay muchos motivos que pueden hacer que un alumno sea elegible para recibir un IEP, algunas de las afecciones más frecuentes que suelen tener estos alumnos son las siguientes: 

  • trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
  • autismo 
  • problemas cognitivos
  • retrasos del desarrollo
  • trastornos emocionales
  • problemas auditivos
  • problemas de aprendizaje
  • discapacidades físicas
  • trastornos del habla o del lenguaje
  • problemas en la vista

¿Cómo se ofrecen estos servicios?

En la mayoría de los casos, los servicios y los objetivos marcados en el IEP se ofrecen en el marco general de la escuela ordinaria. Esto se puede hacer en una clase ordinaria (por ejemplo, un profesor de lectura puede ayudar a un grupo reducido de niños que necesita más asistencia mientras el resto de los niños de la clase trabaja la lectura con el profesor ordinario). El grupo reducido ayuda a niños con unas necesidades educacionales similares, que se reúnen para recibir ayuda. 

Se hacen todos los esfuerzos posibles para ayudar a los niños a aprender junto a compañeros que no tengan necesidades especiales. Pero a veces el nivel de apoyo que necesitan algunos niños no se puede cumplir en una clase ordinaria, de modo que los niños son educados en aulas de apoyo o en aulas de educación especial. Estas clases tienen una menor cantidad de alumnos por profesor, lo que permite una atención más personalizada. Los profesores suelen disponer de formación para ayudar a niños con necesidades educacionales especiales. Los niños pasan la mayor parte del día en el aula de apoyo y se unen a las clases ordinarias siempre que sea posible (como en las clases de gimnasia o de artes plásticas). 

¿Qué es el proceso de derivación y de evaluación?

El proceso de derivación empieza cuando a un profesor, padre o médico le preocupa que un niño esté teniendo dificultades en los estudios, e informa sobre ello al psicólogo o al orientador escolar del centro. 

El primer paso consiste en reunir información específica relacionada con los avances del alumno y sus dificultades académicas. Esto se puede hacer a través de:

  • una reunión con los padres
  • una reunión con el alumno
  • la observación del alumno en clase para evaluar su rendimiento (atención, comportamiento, entrega y cumplimiento de las tareas escolares, exámenes, trabajos de clase, deberes, etc.) 

Esta información ayuda al personal de la escuela a determinar el siguiente paso a seguir. A veces puede bastar con usar nuevas estrategias durante la clase a fin de ayudar al alumno a rendir más en los estudios. Si esto no funciona, el alumno se someterá a una evaluación psico-pedagógica con el objetivo de detectar un trastorno del aprendizaje específico u otro problema. 

Aviso: es importante tener en cuenta que el hecho de presentar una discapacidad no garantiza automáticamente que un niño reciba estos servicios. Para ser elegible, es decir, para poderse beneficiar de estos servicios, la discapacidad debe afectar a la forma de funcionar en la escuela. Para determinar la elegibilidad de un alumno, un equipo de profesionales evaluará al niño basándose en sus observaciones, los resultados obtenidos por el niño en pruebas estandarizadas y el rendimiento escolar del alumno, como exámenes, cuestionarios, trabajos de clase y deberes. 

¿Quién integra el equipo?

En calidad de padre o tutor, es usted quien debe decidir si se evalúa o no a su hijo. Si opta por que se evalúe a su hijo, se le pedirá que firme un consentimiento donde se detalla quiénes se involucrarán en el proceso y qué tipos de pruebas le pasarán. Estas pruebas pueden abarcar medidas de habilidades escolares específicas, como la lectura y las matemáticas, así como habilidades del desarrollo más generales, como el habla y el lenguaje. 

El equipo evaluador puede incluir a los siguientes profesionales:

  • los profesores de la clase
  • un psicólogo
  • un fisioterapeuta
  • un terapeuta ocupacional
  • un logopeda (terapeuta del habla)
  • un educador especial
  • un especialista en la vista y el oído
  • otros, según las necesidades específicas de cada niño

Cuando los miembros del equipo completan sus evaluaciones individuales, elaborarán un informe de evaluación integral. Este informe incluirá una clasificación educacional y describirá las habilidades del alumno y el apoyo que necesita. 

Usted podrá revisar el informe antes de que se desarrolle el IEP. Si hay algo en lo que usted no está de acuerdo, trabaje con el personal del equipo para elaborar un plan que satisfaga mejor las necesidades de su hijo. 

¿Cómo se desarrolla un IEP?

El siguiente paso es una reunión del IEP, donde el equipo y usted decidirán qué se incluirá en el plan. Debe estar presente un profesor ordinario para ofrecer sugerencias sobre cómo el plan puede contribuir al progreso de su hijo en el currículo educativo estándar. 

En la reunión, el equipo debatirá sobre las necesidades educacionales de su hijo, según lo descrito en el informe de evaluación integral, y desarrollará unos objetivos anuales a corto plazo, específicos y medibles, para cada una de esas necesidades. Usted puede adoptar un papel activo en el desarrollo de los objetivos y en la determinación de qué habilidades o áreas recibirán una mayor atención. 

La portada del IEP describe los servicios de apoyo de los que su beneficiará su hijo y con qué frecuencia los recibirá (por ejemplo, terapia ocupacional dos veces por semana). Los servicios de apoyo pueden incluir:

Los servicios también pueden incluir el transporte, las ayudas o modificaciones en los exámenes, la participación en programas especiales y la inclusión de planes de transición a partir de los 14 años de edad. 

Si el equipo recomienda varios servicios, es posible que la cantidad de tiempo que ocupen en el horario escolar del niño parezca excesiva. Para aliviar esta sobrecarga, un profesional puede hablar con el profesor de su hijo, a fin de elaborar estrategias para ayudar al niño, pero sin ofrecerle ninguna instrucción práctica. Por ejemplo, un terapeuta ocupacional puede sugerir adaptaciones para un niño con dificultades en la motricidad fina que afectan a la escritura, y el profesor ordinario incorporará esas sugerencias en las clases de escritura impartidas a toda la clase en su conjunto. 

Otros servicios se pueden administrar directamente en la clase, de modo que el tratamiento no interrumpa la jornada escolar del niño. Un niño que tenga dificultades para escribir puede trabajar con un terapeuta ocupacional mientras el resto de la clase practica la escritura por su cuenta. Al decidir cómo y dónde se administrarán los servicios de educación especial, la comodidad y la dignidad del niño deben ser las prioridades principales. 

El IEP se debe revisar cada año para actualizar sus objetivos y asegurarse de que sus servicios satisfacen las necesidades de su hijo. De todos modos, los IEP se pueden modificar en cualquier momento según sea necesario. Si considera que su hijo necesita más, menos o diferentes servicios, puede solicitar una reunión para que el equipo debata sobre lo que a usted le preocupa. 

¿Cuáles son mis derechos legales?

Las directrices (a veces denominadas “salvaguarda de procedimiento”) describen sus derechos, en calidad de padre, para controlar lo que le sucede a su hijo a lo largo de todo el proceso de su IEP. Por ejemplo, los plazos garantizan que el desarrollo de un IEP pase de la derivación a la prestación de servicios de educación especial lo más deprisa posible. Cuando si hijo reciba la derivación, pregunte por ese plazo de tiempo y hágase una copia de sus derechos como padre.

Los derechos de los padres también describen cómo puede proceder usted si no está de acuerdo con cualquier parte del informe de evaluación integral del IEP; la mediación y las audiencias son dos de las opciones posibles. Puede obtener información sobre la representación legal gratuita o de bajo costo en el distrito escolar que les corresponda o, si su hijo pertenece al Programa de Intervención Temprana, a través de este programa.

Hay abogados y representantes legales familiarizados con el proceso del IEP que lo pueden representar si usted lo necesita. También puede invitar a unirse al equipo del IEP a cualquier persona que conozca a su hijo o que trabaje con él y que usted crea que podría hacer aportaciones útiles. En cada estado, hay programas federales que favorecen el intercambio de información entre padres, así como actividades formativas para padres de niños con necesidades especiales. Los Proyectos Información y Formación de Padres imparten talleres, publican boletines informativos y contestan a preguntas por teléfono y por correo electrónico sobre actividades para los padres y para que estos se relacionen entre sí. 

¿Qué más debería saber?

Los padres tienen derecho a elegir dónde quieren que se eduque a sus hijos. Las opciones incluyen las escuelas primarias o secundarias, públicas o privadas, incluyendo las escuelas religiosas. También se incluyen las escuelas concertadas y la posibilidad de educar a los hijos en casa. 

Pero los padres deben saber que los derechos de sus hijos con discapacidades que asisten a centros de primaria o de secundaria privados no son los mismos que los de los niños con discapacidades que asisten a centros de primaria o de secundaria públicos. 

Dos diferencias fundamentales que necesitan conocer los padres, los profesores, el personal escolar, los representantes de la escuela privada y los mismos niños son las siguientes:

  1. Lo niños con discapacidades matriculados por sus padres en centros privados pueden no recibir los mismos servicios que recibirían si estuvieran matriculados en un centro público.
  2. No todos los niños con discapacidades matriculados por sus padres en centros privados reciben servicios de educación especial. 

El proceso del IEP es complejo, pero también es una forma eficaz de abordar cómo aprende su hijo. Si hay algo que le preocupa, no dude en hacer preguntas sobre los resultados de la evaluación o sobre los objetivos propuestos por el equipo que lleva el IEP de su hijo. Usted es quien mejor conoce a su hijo y debe desempeñar un papel central en la creación de un programa de aprendizaje hecho a la medida de sus necesidades específicas.