Pruebas de audición
Los niños con pérdidas auditivas o hipoacusias, tienen problemas para oír o entender algunos o todos los sonidos. Esto puede ocurrir cuando hay un problema en:
- una o más partes de los oídos
- los nervios que envían señales sonoras de los oídos al cerebro
- la parte del cerebro que interpreta o da sentido a esas señales
Incluso una pérdida auditiva leve en un niño puede causarle problemas en el habla, el lenguaje, el aprendizaje y las habilidades sociales. Por eso es importante que a su hijo le hagan una prueba de cribado auditivo nada más nacer y que le evalúen la audición con regularidad.
¿Cuándo se debe evaluar la audición?
Es mejor abordar los problema auditivos pronto, porque su tratamiento es más eficaz cuando se inicia antes de los 6 meses de edad. Por eso, todos los recién nacidos se someten a pruebas de cribado auditivo antes de salir del hospital.
Si su bebé no se ha sometido a estas pruebas de cribado antes de volver a casa, ha nacido en casa o en un centro de partos naturales, haga que le evalúen el oído durante las 3 primeras semanas de vida. No pasar una prueba de cribado auditivo no significa que un bebé tenga una pérdida auditiva, pero sí significa que se debería volver evaluar antes de que cumpla 3 meses. Si entonces le detectaran una pérdida auditiva, se deberá iniciar el tratamiento de inmediato.
Los niños se deberán seguir sometiendo a pruebas auditivas en sus revisiones regulares. Se suelen volver a pasar pruebas de cribado auditivo cuando los niños:
- tienen 4, 5, 6, 8 y 10 años de edad
- en la preadolescencia
- en la adolescencia
El médico de su hijo le evaluará la audición en cualquier otro momento en que le preocupe. Si le preocupa que su hijo pueda tener un problema auditivo, hable con su médico.
¿Cómo se evalúa la audición?
La audición, la evalúan unos médicos especializados en audición, llamados audiólogos. El tipo de prueba que hagan dependerá de la edad, el desarrollo y el estado de salud del niño.
Muchos niños se pueden someter a pruebas auditivas de comportamiento. Estas pruebas evalúan la respuesta del niño ante sonidos, como un discurso calibrado (un habla que se emite con una intensidad y un volumen en particular) y tonos puros. Un tono puro es un sonido con una frecuencia muy específica, como una nota dentro de un teclado.
Durante la prueba, el audiólogo observa atentamente las respuestas del niño después de que oiga sonidos. Los bebés y los niños pequeños pueden hacer movimientos oculares o girar la cabeza. Los niños mayores pueden mover o colocar una pieza de un juego en respuesta a un sonido o bien levantar la mano. Los niños también pueden responder al habla con actividades como elegir una imagen o repetir las palabras a un volumen bajo.
Hay otras pruebas que se pueden hacer para evaluar la audición en niños que sean demasiado pequeños o que no cooperen lo suficiente como para poderles pasar pruebas auditivas de comportamiento. Estas pruebas analizan cómo están funcionando los oídos, los nervios y el cerebro.
Otras pruebas para evaluar los oídos y la audición
La timpanometría
La timpanometría muestra lo bien que se mueve el tímpano, y puede ayudar a detectar problemas en el oído medio, como la acumulación de líquido detrás del tímpano o la perforación de tímpano.
Durante esta prueba, el audiólogo introduce una sonda de timpanómetro provista de una pequeña punta de goma dentro del oído del niño. La sonda envía un sonido suave y un soplo de aire al interior del conducto auditivo. Los resultados se muestran en una representación gráfica llamada timpanograma. La forma del gráfico indica cómo se está moviendo el tímpano.
Prueba de reflejo muscular del oído medio (MEMR, por sus siglas en inglés)
Hay un músculo diminuto dentro del oído que se tensa en cuanto oímos un ruido fuerte. Este reflejo se llama reflejo muscular del oído medio. Y ayuda a proteger al oído de los ruidos fuertes, que pueden dañar la audición. Los médicos pueden obtener mucha información sobre la audición del niño a partir de lo bien que le funcione este reflejo.
En esta prueba, también conocida como prueba de reflejo acústico, el audiólogo introduce la punta blanda de goma del timpanómetro dentro del conducto auditivo del niño. La sonda emite una serie se sonidos fuertes. Y una máquina registra lo bien que el reflejo muscular del oído medio reacciona ante esos sonidos.
Prueba de respuesta auditiva del tronco encefálico (RATE)
La prueba de respuesta auditiva del tronco encefálico permite saber lo bien que está funcionado el nervio auditivo. Este es el nervio encargado de llevar información del oído al cerebro.
Durante esta prueba, el audiólogo coloca diminutos auriculares en los conductos auditivos del niño y unos electrodos blandos (pequeños adhesivos sensores) detrás de las orejas y sobre la frente del niño. Se envían sonidos similares a clics y tonos a través de los auriculares. Los electrodos miden la respuesta del nervio auditivo y del cerebro a los sonidos.
Los hospitales usan esta prueba en los cribados auditivos del recién nacido. Los bebés que no superen esta prueba tendrán que someterse a una evaluación auditiva completa.
Prueba de respuesta auditiva de estado estable (ASSR, por sus siglas en inglés)
A veces, los audiólogos hacen esta prueba junto con (no en vez de) la prueba RATE. Los bebés suelen estar durmiendo o, si no, reciben un medicamento para que se duerman antes de iniciar la prueba.
Durante la prueba, el sonido avanza por los conductos auditivos, y una computadora recoge la respuesta del cerebro al sonido.
Prueba de potenciales evocados corticales (CAEP, por sus siglas en inglés)
Esta prueba permite que el audiólogo vea si las vías nerviosas que hay entre el tronco encefálico y la parte auditiva del cerebro (el córtex auditivo) están funcionado como deberían funcionar.
Esta prueba también usa unos auriculares y unos electrodos (adhesivos sensores) diminutos, que se colocan detrás de los oídos y en la frente del niño. Los auriculares envían sonidos tipo clic y tipo bip con diferentes tonos. Y los electrodos miden la respuesta del nervio auditivo y del cerebro ante los sonidos.
Prueba de emisiones otoacústicas (OAE, por sus siglas en inglés)
El oído recoge los sonidos del entorno y los transforma en mensajes que el cerebro puede entender. Pero a veces estos mensajes no llegan bien o se mezclan entre sí. Cuando ocurre esto, los médicos estudian si la cóclea (el órgano que crea esos mensajes) está funcionado bien. Para eso, usan la prueba de emisiones otoacústicas.
Durante la prueba, el audiólogo coloca con delicadeza unos auriculares blandos dentro de cada conducto auditivo. Los auriculares tienen unas puntas de goma pequeñas y flexibles, y emiten sonidos a alto y a bajo volumen con diferentes frecuencias. Luego, una máquina registra las repuestas de las células pilosas de la cóclea.
Los hospitales usan esta prueba en los cribados auditivos del recién nacido. Los bebés que no superen esta prueba tendrán que someterse a una evaluación auditiva completa.
¿Qué más debería saber?
Si a su hijo le diagnostican un problema auditivo, su audiólgo trabajará junto con sus médicos, su logopeda y su pedagogo (especialista en educación) a fin de diseñar un plan de tratamiento para su hijo.
También lo puede ayudar el hecho de contactar con otras familias de niños con pérdidas auditivas. Póngase en contacto con un grupo de apoyo de su localidad o pregunte al equipo médico que lleva a su hijo sobre programas de su localidad en los que usted se podría inscribir.
También puede encontrar más información y más apoyo por internet en:
- Hearing Loss Association of America (Asociación de Pérdida Auditiva de América)
- National Association of the Deaf (Asociación Nacional de Sordos)
- Hands & Voices (Manos y voces)