Regresar a casa con su bebé
Ya sea que su bebé llegue a su casa directamente del hospital, llegue más tarde (posiblemente después de una estadía en la unidad de cuidados intensivos neonatales) o que llegue a través de una agencia de adopción, la llegada del niño es un acontecimiento de gran importancia con el que probablemente haya soñado. Aquí le mostraremos cómo prepararse para ese momento.
Abandonar el hospital
Las futuras madres a veces colocan ropa para la vuelta al hogar incluso antes de ir al hospital. Otras, tal vez esperan para ver cómo estará el clima y le piden a su pareja que traiga ropa para ellas y el bebé. Planifique traer ropa holgada para usted, que tenga un cordel o elástico en la cintura, porque lo más probable es que la ropa que usaba antes de quedar embarazada todavía no le quepa.
Con frecuencia, los bebés regresan a su casa con demasiada ropa. Vista a su bebé como se vestiría usted. Por lo tanto, si un gorro de lana le resultaría demasiado caluroso durante el verano, lo más probable es que a su bebé le ocurra lo mismo.
En clima cálido, vista al bebé con una camiseta y pantalones de algodón ligero o colóquele una manta de bebé sobre las piernas desnudas. Si hace frío, colóquele un pijama que le cubra los pies, un gorro y una manta abrigada. Asegúrese de mantener todas las mantas alejadas del rostro del bebé para evitar que se ahogue.
Tendrá muchas más probabilidades de llegar a su casa con un bebé tranquilo y satisfecho si no dedica mucho tiempo en el hospital a intentar vestirlo con prendas difíciles de poner que la obliguen a tirar y empujar sus brazos y piernas.
Si aún no hizo los arreglos con el profesional del cuidado de la salud de su bebé, antes de irse del hospital, asegúrese de preguntar cuándo debe programar el primer chequeo del bebé. Según las circunstancias, algunos bebés prematuros se van a su hogar con un monitor especial que controla su respiración y su ritmo cardíaco, y es posible que le enseñen a practicar resucitación cardiopulmonar (RCP) para bebés.
Pero sin importar si su bebé es prematuro o nació a término; no se vaya del hospital hasta que hayan respondido todas las preguntas que pueda tener. Y si tiene alguna duda (desde cómo bañarlo hasta cómo amamantarlo o hacerlo eructar), pregúntele al enfermero, al consultor de lactancia o al médico de su bebé.
El viaje en automóvil
El elemento más importante para el viaje al hogar es una silla de seguridad adecuada para el automóvil. Todos los estados exigen que los padres tengan una antes de salir del hospital porque es una de las mejores maneras de proteger al bebé.
Aunque sea un viaje corto, nunca es seguro sujetar al bebé en los brazos mientras otra persona conduce. En una frenada repentina, el bebé podría caérsele de los brazos o salir despedido contra el tablero.
Considere comprar, alquilar o pedir prestada una silla de seguridad para el automóvil antes de que nazca el bebé, cuando tenga tiempo para escogerla cuidadosamente. Existen dos tipos de sillas de automóvil para los bebés: sillas exclusivas para bebés (que se deben cambiar cuando el bebé pesa entre 22 y 35 libras, según el tipo de silla) y sillas convertibles que sirven tanto para bebés como para niños mayores.
Las sillas exclusivas para bebés están diseñadas para que el niño vaya mirando hacia atrás y son mejores para los bebés que las sillas convertibles. La Academia Americana de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) recomienda que los bebés y los niños pequeños viajen en una silla que mire hacia atrás hasta los 2 años de edad o hasta que hayan alcanzado los límites máximos de altura y peso recomendados por el fabricante. (Si el bebé pesa más de lo recomendado por el fabricante antes de cumplir dos años, tendrá que usar una silla convertible diseñada para bebés más grandes).
Algunos padres de recién nacidos descubren que un “sistema de viaje” (que incluye un carrito y una silla de automóvil para bebés, que se puede conectar al carrito) facilita el traslado de los bebés del auto al carrito, especialmente si están dormidos.
Las sillas convertibles se colocan mirando hacia atrás hasta que el bebé tiene al menos dos años de edad o ha alcanzado los límites máximos de peso y altura recomendados por el fabricante. Los niños que alcanzan los límites de peso y altura antes de cumplir dos años estarán más seguros en una silla convertible más grande y mirando hacia atrás. Los niños pequeños pueden permanecer en las sillas que miran hacia atrás incluso después de haber cumplido dos años. (Siga las indicaciones del fabricante para saber cuándo debe girar la silla).
Nunca coloque una silla convertible o una silla que debe mirar hacia atrás en el asiento delantero del automóvil; siempre se deben colocar en el asiento posterior. Las bolsas de aire laterales del asiento del acompañante son peligrosas tanto para las sillas que miran hacia adelante como para las que miran hacia atrás, y la mayoría de los accidentes ocurren en la zona del acompañante, en la parte delantera del vehículo. Cuando haga frío, primero sujete firmemente al bebé y después colóquele mantitas encima.
Si pide prestada una silla de seguridad para el automóvil, asegúrese de que no tenga más de 6 años y que nunca haya estado en un accidente (aunque se vea bien, podría tener fallas estructurales). Evite las sillas a las que les falten partes o que no estén etiquetadas con la fecha de fabricación y el número del modelo (en tal caso, no habría forma de obtener información sobre posibles retiradas del producto del mercado).
Asimismo, compruebe la “fecha de caducidad” recomendada por el fabricante. Si tiene cualquier duda sobre cómo se ha utilizado una silla o si está agrietada o presenta signos de deterioro por uso, no la utilice.
Averigüe sobre programas de préstamo o alquiler de sillas de automóvil en las clases prenatales, el consultorio del profesional del cuidado de la salud o la compañía de seguros. Estos programas son bastante comunes.
Cuando compre una silla nueva, es importante recordar que no hay un solo tipo de silla que sea más segura o mejor; compre una que sea del tamaño adecuado y se pueda instalar correctamente en su automóvil. Y que sea más cara, no necesariamente indica que sea de mejor calidad; tal vez solo se deba a que la silla tiene otras características adicionales que usted tal vez no utilice. Además, asegúrese de registrar la nueva silla para recibir notificaciones si surgen problemas o se decide retirar el producto del mercado).
El problema más frecuente con las sillas de automóvil es la instalación incorrecta. De acuerdo con la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Autopistas, la mayoría de las sillas de automóvil están incorrectamente instaladas. El sistema LATCH (que consta de ganchos ya instalados en el automóvil) es un sistema que facilita la instalación de las sillas de automóvil. En este sistema se utilizan los ganchos incorporados en el automóvil para sujetar la silla al automóvil. Si bien el sistema LATCH es estándar en los Estados Unidos, muchas sillas continúan instalándose incorrectamente.
No confíe en las ilustraciones o las presentaciones de las tiendas. Siga las indicaciones del fabricante (y téngalas siempre a mano). Pregúntele al médico o enfermero por los recursos locales en los que puede hacer revisar su silla de automóvil por personal especialmente capacitado para evaluar las instalaciones de sillas de automóviles. Muchos hospitales, estaciones de bomberos y de policía, e incluso concesionarias de automóviles ofrecen este tipo de servicio gratuitamente. Asegúrese de que la persona que realice la evaluación esté capacitada y tenga experiencia.
Si trae a su hijo desde la unidad de cuidados intensivos, lleve la silla para el automóvil al hospital antes del traslado para que el personal pueda ver si le servirá a su bebé. Si existen problemas de salud especiales por los cuales no puede usar un sistema estándar, pídale al médico de su hijo que le recomiende sillas de automóvil para niños con necesidades especiales.
Para obtener más información sobre el uso adecuado de las sillas para automóvil, lea nuestro artículo sobre seguridad en el automóvil.
Sentimientos que se dan la primera vez
No se sorprenda si tiene emociones encontradas al llevar a su bebé al hogar, en especial si este es su primer hijo. Es probable que esté nerviosa. De hecho, tal vez esté aterrada al darse cuenta de que renunció a parte del control de su vida.
Si su bebé no estuvo mucho con usted en el hospital, tal vez no sepa qué tipo de rutina tendrá este manojo de alegría. Pero no tardará mucho en saberlo; aunque las rutinas de los bebés cambian mucho durante los primeros meses. Se sentirá más aliviada si no tiene muchos horarios y puede ir al ritmo del bebé.
Según la experiencia que haya tenido en el trabajo de parto y el parto, es posible que se sienta físicamente extenuada y dolorida. Las hormonas también estarán luchando por recuperar el espacio perdido. Mientras tanto, su pareja tal vez se sienta un poco dejado de lado si está totalmente abocada al bebé.
Quizás tenga otros niños que están esperando la llegada del nuevo integrante de la familia. O esté luchando con una mascota que se pregunte qué es lo que repentinamente desvió la atención de todos. Y las expectativas de los abuelos, los hermanos competitivos o de los amigos también pueden hacer que el regreso al hogar resulte estresante.
El primer período de llanto prolongado del bebé en su hogar será difícil. Recuerde: los bebés suelen llorar entre 1 y 5 horas en un período de 24 horas, y no siempre es posible calmarlos. En general, el llanto se reduce gradualmente después de las primeras semanas. Aunque ahora pueda parecer imposible, en unos meses le resultará difícil acordarse de los episodios de llanto aparentemente interminable de su bebé.
Una vez en el hogar
Presentarles el bebé a otras personas del hogar puede ser todo un desafío. Si tiene otros hijos, asegúrese de pasar tiempo de calidad con cada uno de ellos. Algunos padres traen regalos del nuevo bebé para los hermanos mayores. Al principio, seguramente habrá algo de celos, especialmente si quien fue el centro de su atención durante varios años repentinamente tiene competencia. Anime a los hermanos a “ayudar” en el cuidado del nuevo integrante de la familia.
Si tiene una mascota, pídale a su pareja que lleve al hogar una manta con el olor del bebé y la coloque cerca de la mascota, incluso antes de abandonar el hospital. Después, cuando llegue a casa, la mascota ya estará algo familiarizada con el bebé. Pero recuerde no dejar nunca a las mascotas solas con un recién nacido.
La familia y los amigos
Pídale a su pareja que controle la entrada de visitas y que limite la cantidad de visitas al principio. Más adelante estará contenta de haberse tomado algo de tiempo para descansar y acomodarse a la nueva situación. Si bien los bebés no suelen ser tímidos entre desconocidos durante los primeros 3 meses, es posible que reciban demasiados estímulos y se cansen si hay mucha gente a su alrededor.
Si tiene correo de voz o una contestadora telefónica, puede cambiar el mensaje para dar las principales noticias del nuevo integrante. Podría decir algo como lo siguiente: “Ha llegado un nuevo integrante a nuestra familia. Se llama Julia Marie, nació el martes y pesó 7 libras con 10 onzas. Estamos todos bien y adaptándonos a nuestra nueva vida. Si quiere que lo llamemos en otro momento, deje su nombre y número de teléfono”. También puede configurar una respuesta de correo electrónico automática con esta información.
No se sienta mal por aceptar visitantes de a poco. Pídale a cualquier persona enferma que espere hasta que se esté sintiendo mejor y ya no contagie antes de visitarlos. No dude en pedirles a las visitas que se laven las manos antes de sujetar al bebé porque el sistema inmunitario de los recién nacidos aún no está totalmente desarrollado.
Cuándo llamar al médico
El profesional del cuidado de la salud sabe que los padres primerizos lo llamarán con muchas dudas, como preocupaciones por el amamantamiento y la salud (si desea obtener más información sobre el cuidado de los recién nacidos, visite la sección de Embarazo y recién nacidos). Es mejor llamarlos que preocuparse por algo innecesariamente.
Si se está preguntando si debe llamar al consultorio del médico, hágalo; en especial si ve algo inesperado o diferente que la preocupa. Llame si ve alguno de estos signos:
- temperatura rectal de 100,4 °F (38 °C) o superior (en bebés de menos de 2 meses)
- síntomas de deshidratación (llorar sin lágrimas, ojos hundidos, depresión en la fontanela de la cabeza del bebé, pañales secos en 6 a 8 horas)
- una parte blanda que sobresale cuando el bebé está quieto y erguido
- dificultad para despertar al bebé
- respiración rápida y con dificultad (llame al 911 si su bebé tiene dificultad para respirar y comienza a ponerse azulado alrededor de los labios o la boca)
- vómitos reiterados y fuertes o imposibilidad de retener líquidos
- vómitos o excremento con sangre
- más de ocho deposiciones con diarrea en el transcurso de 8 horas
Si su preocupación es urgente, llame al médico y lleve al niño a la sala de emergencias. Recuerde que en los niños pequeños las afecciones más leves a veces pueden cambiar rápidamente.