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Tartamudez

¿Qué es la tartamudez?

Muchos niños pequeños pasan por una etapa, comprendida entre los 2 y los 5 años de edad, donde tartamudean. La tartamudez les puede hacer:

  • repetir ciertas sílabas, palabras o frases
  • prolongarlas en el tiempo
  • detenerse, no emitiendo sonido alguno para determinados sonidos y sílabas

La tartamudez es una forma de disfluencia, una interrupción del flujo del habla.

En muchos casos, la tartamudez remite por sí sola en torno a los 5 años de edad. En algunos niños, la tartamudez persiste durante más tiempo. Existen tratamientos eficaces para ayudar a su hijo a superar la tartamudez.

Causas de la tartamudez

Los médicos y los científicos no están completamente seguros de por qué tartamudean algunos niños. La mayoría de los expertos creen que hay varias cosas que contribuyen a la tartamudez, como un problema en la forma en que los mensajes del cerebro interactúan con los músculos y las partes del cuerpo que se utilizan para hablar.

Muchos de ellos creen que la tartamudez puede tener un origen genético. Los niños con tartamudez tienen el triple de probabilidades de tener un pariente cercano que tartamudea o que tartamudeaba.

¿Cuáles son los signos de la tartamudez?

Los primeros signos de la tartamudez tienden a aparecer cuando el niño tiene en torno a 18-24 meses de edad. A esta edad, tiene lugar un aumento del vocabulario y los niños empiezan a unir las palabras para formar frases. Para los padres, la tartamudez puede ser molesta y frustrante, pero es natural que los niños tartamudeen algo durante esta etapa. Tenga la mayor paciencia posible con su hijo.

Un niño puede tartamudear durante varias semanas o varios meses, y la tartamudez puede ir y venir. La mayoría de los niños que empiezan a tartamudear antes de los 5 años dejan de hacerlo sin necesitar ningún tipo de ayuda, como la logopedia.

Pero, si su hijo tartamudea mucho, su tartamudez empeora o va acompañada de movimientos faciales o corporales, es una buena idea consultar a un logopeda cuando su hijo tenga unos 3 años.

La tartamudez se reduce cuando los niños inician la enseñanza primaria y empiezan a mejorar sus habilidades comunicativas. Lo más probable es que un niño en edad escolar que continúe tartamudeando sea consciente de su problema y se avergüence de él. Sus amigos y sus compañeros de clase pueden llamarle la atención por tartamudear e, incluso, burlarse de él.

Si le ocurre esto con su hijo, hable con su maestro, que puede abordar el tema en clase con los niños. Además, el maestro también puede reducir las situaciones estresantes en que su hijo tenga que hablar hasta que inicie las sesiones de logopedia.

Cuándo pedir ayuda

Si su hijo tiene 5 años y sigue tartamudeando, hable con su médico o con un logopeda (patólogo del habla y del lenguaje). Consulte a un patólogo del habla y del lenguaje si su hijo:

  • intenta evitar situaciones que requieren que hable
  • cambia palabras por miedo a tartamudear
  • presenta movimientos faciales o corporales junto con el tartamudeo
  • repite palabras completas y frases a menudo y de forma consistente
  • repite sonidos y sílabas con mayor frecuencia
  • su habla suena forzada 

Hable también con el terapeuta si:

  • percibe una mayor tensión facial u opresión en los músculos que utiliza al hablar
  • percibe una tensión vocal que genera un habla más aguda o de mayor volumen
  • tiene otras preocupaciones relacionadas con el habla de su hijo

La mayoría de las escuelas ofrecen pruebas y un tratamiento adecuado si la tartamudez dura 6 meses o más.

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Intente seguir estos pasos para ayudar a su hijo:

  • No exija a su hijo que hable con precisión o correctamente todo el tiempo. Deje que hablar sea algo divertido y agradable.
  • Aproveche las comidas familiares para conversar. Evite las distracciones, como la radio o la televisión.
  • Evite correcciones o críticas, como “habla más lento”, “tómate tu tiempo” o “respira hondo”. Este tipo de comentarios, aunque se hagan con buena intención, solo lograrán que su hijo se sienta más inseguro y/o acomplejado.
  • Evite que su hijo hable o lea en voz alta cuando se sienta incómodo o cuando aumente su tartamudez. Contrariamente, motívelo en esos momentos a participar en actividades en las que no tenga que hablar mucho.
  • No interrumpa a su hijo ni le diga que vuelva a empezar.
  • No le diga tampoco que piense antes de hablar.
  • Trate de que haya una atmósfera tranquila en su casa. Intente hacer más lento el ritmo de la vida familiar.
  • Hable de forma lenta y clara cuando converse con su hijo o con otras personas en su presencia.
  • Mantenga el contacto visual con su hijo. Trate de no mirar hacia otro lado ni de mostrar signos de impaciencia cuando escuche a su hijo.
  • Deje que su hijo hable por sí mismo, que acabe de expresar sus pensamientos y que termine sus frases. Haga una pausa antes de responder a los comentarios o las preguntas de su hijo.
  • Hable lentamente con su hijo. ¡Esto requiere práctica! El hecho de usar una velocidad lenta al hablar servirá de modelo para su hijo y lo ayudará a tener una mayor fluidez verbal.