Trastorno afectivo estacional
¿Qué es el trastorno afectivo estacional?
El trastorno afectivo estacional es una depresión que sigue un patrón estacional, es decir, que ocurre solo en un período específico del año. En el trastorno afectivo estacional, la gente presenta síntomas de depresión en otoño y/o invierno, cuando los días son más cortos y las horas de luz solar se reducen. Se cree que el trastorno afectivo estacional está desencadenado por la respuesta del cerebro a los cambios estacionales en la luz solar. Cuando los días vuelven a ser más largos, la persona supera la depresión.
Este trastorno también se llama “depresión estacional”.
¿Cuáles son los signos y los síntomas del trastorno afectivo estacional?
Al igual que con otros tipos de depresión, una persona con trastorno afectivo estacional puede notar los siguientes síntomas:
- Cambios en el estado de ánimo. El trastorno afectivo estacional puede provocar tristeza, irritabilidad o depresión. El trastorno afectivo estacional puede crear sentimientos de desesperación o de impotencia. La persona afectada suele llorar y sentirse alterada con mayor frecuencia y con mayor facilidad.
- Pensamiento negativo. La persona afectada puede ser más autocrítica y muy sensible a las críticas de los demás. Suele quejarse, culpar, buscar defectos o ver problemas con más frecuencia de la habitual.
- Incapacidad para disfrutar de las cosas. Las personas con trastorno afectivo estacional suelen perder el interés en las cosas con las que solía disfrutar. Pueden perder interés en los amigos y dejar de participar en actividades sociales.
- Falta de energía. Las personas pueden sentirse cansadas, con poca energía o sin motivación para hacer cosas. Sienten que todo requiere demasiado esfuerzo.
- Cambios en el sueño. La persona afectada suele dormir mucho más de lo habitual. Le puede costar levantarse de la cama y prepararse para ir a la escuela por la mañana.
- Cambios en la alimentación. El trastorno afectivo estacional puede provocar deseos de alimentarse con hidratos de carbono simples (como alimentos azucarados o grasas) y de comer más de la cuenta. Como consecuencia de esta conducta alimenticia, el trastorno afectivo estacional puede conllevar a un aumento de peso durante los meses de invierno.
- Problemas de concentración. De la misma manera que ocurre con la depresión, el trastorno afectivo estacional puede dificultar la concentración. Esto puede afectar el trabajo escolar y las calificaciones.
Una persona que tiene trastorno afectivo estacional nota estos cambios solo durante la época del año en que los días son más cortos y las horas de luz solar se reducen. A medida que cambia la estación y los días se vuelven más largos, su depresión mejora y recupera su energía habitual.
¿Cuáles son las causas del trastorno afectivo estacional?
La depresión estacional aparece a raíz de la respuesta del cerebro a la disminución de las horas de luz solar. La luz solar afecta a dos sustancias cerebrales: la melatonina y la serotonina. Estos neurotransmisores ayudan a regular el ciclo de sueño-vigilia, el nivel de energía y el estado de ánimo de las personas.
La melatonina está relacionada con el sueño. El cerebro produce más melatonina en la oscuridad. El aumento de la concentración de melatonina hace que una persona sienta somnolencia y tenga un menor nivel de energía. La serotonina está relacionada con el estado de ánimo y el nivel de energía. El cerebro fabrica más serotonina cuando una persona se expone a la luz solar. El aumento de la concentración de serotonina favorece los sentimientos de felicidad y de bienestar. Un descenso en la concentración de serotonina conduce a la depresión.
En otoño y en invierno, los días son más cortos y hay más horas de oscuridad. Esto puede causar niveles más altos de melatonina y niveles más bajos de serotonina. Esto crea las condiciones biológicas para la depresión.
¿Cómo se diagnostica el trastorno afectivo estacional?
Hable con el médico si cree que su hijo sufre de trastorno afectivo estacional. Los profesionales del cuidado de la salud pueden diagnosticarlo haciendo preguntas y escuchando sus síntomas. Una revisión médica o “chequeo” puede servir para asegurarse de que los síntomas de la depresión no se deben a otra afección.
Cuando comienzan los síntomas del trastorno afectivo estacional, los padres pueden pensar que la falta de motivación, energía e interés se deben a una mala actitud. Informarse sobre el trastorno afectivo estacional puede ayudar a los padres a entender que es posible que haya otra razón de esos cambios, aliviando su sentimiento de culpa o su impaciencia con respecto a su hijo.
Es posible que los padres no sepan cómo plantear sus preocupaciones a sus hijos. Lo mejor que puede hacer es apoyarlo y no juzgarlo. Pruebe a decir algo como lo siguiente: “Te noto distinto últimamente: triste, de mal humor y cansado, y no parece que estés disfrutando ni durmiendo lo suficiente. Por eso, he concertado una cita para que el médico te haga una revisión. Quiero ayudarte a que te encuentres mejor, para que vuelvas a dar lo máximo de ti mismo y a disfrutar”.
¿Cómo se trata el trastorno afectivo estacional?
Si a un niño o adolescente se le diagnostica trastorno afectivo estacional, el médico puede recomendar uno o más de estos tratamientos:
Más exposición a la luz
Para muchos niños y adolescentes con trastorno afectivo estacional, pasar más tiempo al aire libre durante las horas del día es suficiente para aliviar la depresión estacional. Hacer ejercicio al aire libre o dar una caminata diaria son formas de lograrlo. Las bombillas de luz de espectro completo que se pueden usar en lámparas ordinarias pueden ayudar a traer un poco más de luz natural en los interiores durante los meses de invierno, lo que puede ayudar a aliviar los síntomas leves.
Fototerapia (terapia de luz)
Los síntomas más graves se pueden tratar con fototerapia, que supone usar una luz más potente que simula la luz solar. Se coloca una caja de luz o un panel de luz especial sobre una mesa o escritorio y la persona se sienta delante de la luz durante un período corto de tiempo todos los días (unos 45 minutos, generalmente, por la mañana) con los ojos abiertos, pero mirando de lado (no de frente) hacia la luz y solo de vez en cuando. Los síntomas tienden a mejorar en unos pocos días o semanas. Incluso después de encontrarse mejor, las personas con trastorno afectivo estacional que usen la caja de luz deberán seguir usándola hasta que haya suficiente luz en el exterior.
Como con otros tratamientos médicos, la terapia de luz debe usarse solo después de hablar con un médico. Siga con atención las instrucciones que vienen con la caja de luz.
Psicoterapia
Hablar con un terapeuta ayuda a aliviar los pensamientos y sentimientos negativos asociados con la depresión. Puede aliviar el aislamiento o la soledad que a menudo sienten los niños y adolescentes con depresión. Puede ayudarlos a comprender su afección y a aprender qué hacer para prevenir futuros episodios de depresión estacional.
Medicamentos
Los médicos pueden recetar medicamentos para algunos niños y adolescentes con trastorno afectivo estacional. Los medicamentos antidepresivos ayudan a equilibrar la serotonina y otros neurotransmisores que afectan el estado de ánimo y la energía.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Si a su hijo o adolescente lo han diagnosticado con trastorno afectivo estacional, puede ayudarlo de la siguiente manera:
- Participe en el tratamiento de su hijo. Pregúntele a su médico cuál es la mejor manera de ayudar a su hijo.
- Ayude a su hijo a entender el trastorno afectivo estacional. Infórmese sobre la afección y ofrézcale explicaciones sencillas. Recuerde que a su hijo le podría resultar difícil concentrarse, por lo que es poco probable que quiera leer o estudiar sobre el trastorno afectivo estacional. O sea que resúmale los puntos más importantes.
- Anime a su hijo a hacer abundante ejercicio físico y a pasar tiempo al aire libre. Hagan una caminata diaria los dos juntos.
- Busque tiempo de calidad con su hijo. Pase un poco más de tiempo con su hijo; nada especial, sólo algo sencillo y que no requiera mucha energía. Traiga a casa una película que le podría gustar a su hijo y véanla juntos o compartan un tentempié. Su compañía y su atención son fundamentales porque le brindan contacto personal y un sentido de conexión.
- Tenga paciencia. No espere que los síntomas mejoren en cuanto inicie el tratamiento. Recuerde que la baja motivación, la poca energía y el mal humor son parte del trastorno afectivo estacional.
- Ayúdelo con los deberes. Podría ser necesario que le eche una mano temporalmente, ayudándolo a organizar sus tareas o a completarlas. Explíquele que los problemas de concentración forman parte del trastorno afectivo estacional, y que las cosas mejorarán. Es posible que los niños y los adolescentes con trastorno afectivo estacional no sean conscientes de esto y que les preocupe que no se sientan capaces de hacer los deberes. Es recomendable que hable con el maestro de su hijo y que le pida tiempo adicional para las tareas hasta que su hijo mejore con el tratamiento.
- Ayude a su hijo a comer bien. Insístale en que evite atiborrarse de hidratos de carbono simples y de tentempiés azucarados. Ofrézcale abundantes cereales integrales, fruta y verdura.
- Establezca una rutina de sueño para su hijo. Anime a su hijo a acostarse y levantarse a las mismas horas todos los días, a fin de aprovechar los beneficios para la salud mental que proporciona la luz solar.
- Tómeselo con seriedad. No posponga visitar al médico si cree que su hijo puede tener un trastorno afectivo estacional. Si se lo diagnostica con trastorno afectivo estacional, su hijo debe aprender sobre el patrón estacional de la depresión. Si su hijo padece un trastorno afectivo estacional, hable a menudo con él sobre lo que le está pasando, y asegúrele que las cosas mejorarán, aunque ahora, a él, le pueda parecer algo difícil.