Cortes y autolesiones
La mayoría de nosotros conocemos el problema de los cortes y las autolesiones de los adolescentes. Estamos al tanto de que usan objetos afilados como una hoja de afeitar, un cuchillo o unas tijeras para hacer marcas, cortes o rasguños en su propio cuerpo. Pero cortarse es solo una forma de autolesión. Los adolescentes que se autolesionan también pueden quemarse, rasguñarse o golpearse; golpearse la cabeza; tirarse del cabello; pellizcarse la piel; perforarse la piel con agujas u objetos punzantes; o insertarse objetos debajo de la piel.
La autolesión es un problema grave que afecta a muchos adolescentes. Al igual que otros comportamientos de riesgo, puede ser peligroso y crear un hábito. En la mayoría de los casos, también es un signo de una angustia emocional profunda. En algunos casos, los amigos pueden presionar a los adolescentes para que experimenten con ellos.
El tema de las autolesiones puede ser algo preocupante para los padres. Puede ser difícil entender por qué los adolescentes (o incluso los preadolescentes) se lastiman a propósito y preocupante pensar que su hijo adolescente, o uno de sus amigos, podría estar en riesgo de tener este problema.
Pero los padres que son conscientes de este importante problema y entienden el dolor emocional que puede significar están en condiciones de ayudar a sus hijos.
Acerca de las autolesiones
Las personas que se autolesionan generalmente comienzan a hacerlo durante la adolescencia. Algunos continúan haciéndolo hasta la edad adulta. En algunos casos, existen antecedentes familiares de cortes u otras autolesiones.
Las autolesiones son generalmente acompañadas por una sensación de vergüenza y se mantienen en secreto. La mayoría de los adolescentes que se cortan ocultan las marcas y, si se notan, encuentran excusas para justificarlas. Sin embargo, algunos adolescentes no tratan de ocultar las lesiones e incluso permiten que la gente se dé cuenta de que las tienen.
Cortarse a menudo comienza como un impulso. Pero muchos adolescentes descubren que una vez que comienzan, lo hacen cada vez con más frecuencia y pueden tener problemas para dejarlo de hacer. Muchos adolescentes que se autolesionan dicen que las lesiones les proporcionan una sensación de alivio de las emociones dolorosas profundas que sienten. Por eso, es un comportamiento que tiende a formar un círculo vicioso.
Cortarse y practicar otras autolesiones pueden convertirse en la forma habitual de un adolescente de responder a las presiones y sentimientos difíciles de tolerar. Muchos dicen que se sienten “adictos” a este comportamiento. A algunos les gustaría poder parar pero no saben cómo o sienten que no pueden hacerlo. Otros adolescentes no desean dejar de hacerlo.
La mayoría de las veces, la autolesión no es un intento de suicidio. Pero puede ser fácil subestimar la posibilidad de enfermarse o lesionarse gravemente debido a hemorragias, infecciones u otros problemas.
¿Por qué los adolescentes se autolesionan?
Los adolescentes se autolesionan por muchas razones diferentes:
Emociones muy fuertes que los superan. La mayoría de los adolescentes que se autolesionan lo hacen para luchar contra emociones muy fuertes. Para ellos, es la única forma de expresar o interrumpir sentimientos que son demasiado intensos. El dolor emocional que produce el rechazo, las relaciones perdidas o rotas o el dolor profundo pueden ser abrumadores para algunos adolescentes.
Muchos de ellos están lidiando con un dolor emocional fuerte o con situaciones difíciles que nadie conoce. La presión de ser perfectos o de estar a la altura de estándares imposibles, propios o ajenos, puede causarles a algunos adolescentes un dolor insoportable. Algunos han sufrido malos tratos o situaciones que los han dejado sintiéndose que no cuentan con ningún tipo de apoyo, que son impotentes, indignos o no amados.
Algunos adolescentes han experimentado un trauma , lo cual puede causar olas de indiferencia o entumecimiento emocional llamado “disociación”. Para ellos, cortarse o hacer otros tipos de autolesiones puede ser una forma de probar si aún pueden “sentir” dolor. Otros lo describen como una forma de “despertar” de ese entumecimiento emocional.
El dolor físico autoinfligido es específico y visible. Para algunas personas, el dolor físico es preferible al dolor emocional. El dolor emocional puede sentirse como algo vago y difícil de precisar con exactitud, de conversar o de aliviar.
Al cortarse o autolesionarse, los adolescentes dicen sentir una sensación de control y alivio al ver y saber de dónde proviene el dolor específico, y una sensación de bienestar cuando éste se detiene. Las lesiones pueden simbolizar el dolor interior que quizá no se pudo verbalizar, confiar a alguien, reconocer o sanar, y dado que son autoinfligidas, es un dolor que el adolescente puede controlar.
Una sensación de alivio. Muchos de los adolescentes que se cortan o autolesionan describen la sensación de alivio que sienten al hacerlo, lo que es común de las conductas compulsivas. Algunas personas consideran que las endorfinas podrían contribuir a la sensación de alivio que dicen sentir los adolescentes cuando se autolesionan. Las endorfinas son las hormonas del “bienestar” que se liberan cuando se produce un esfuerzo físico intenso y que también pueden liberarse cuando se produce una lesión. Y pueden liberarse durante una lesión.
Otras personas consideran que el alivio es simplemente un resultado de la distracción de las emociones dolorosas que produce el dolor físico intenso y la impresión de ver sangre. Algunos adolescentes dicen que no sienten dolor al cortarse, pero sí se sienten aliviados porque estas autolesiones visibles “muestran” el dolor emocional que sienten.
La sensación de “adicción”. Cortarse puede crear hábito. Si bien sólo proporciona un alivio temporal del dolor emocional, cuanto más se corta una persona, más necesidad siente de continuar haciéndolo. Al igual que con otras conductas compulsivas, el cerebro comienza a relacionar la sensación momentánea de alivio de las emociones desagradables con la acción de autolesionarse.
Cada vez que surge esta tensión, el cerebro busca entonces ese alivio y lleva al adolescente a repetir esta conducta. Es por esto que lesionarse mediante cortes puede convertirse en un hábito y hacer que la persona se sienta incapaz de dejar de hacerlo. El impulso de cortarse para obtener alivio puede parecer muy difícil de resistir cuando la tensión emocional es alta.
Otros problemas de salud mental. La autolesión a menudo está vinculada o forma parte de otros problemas de salud mental. Algunos adolescentes que se autolesionan también luchan con otros impulsos, obsesiones o conductas compulsivas. En algunos casos, la depresión o el trastorno bipolar pueden contribuir a que los estados de ánimo sean tan abrumadores que al adolescente le cueste regularlos. En otros casos, los problemas de salud mental que afectan a la personalidad pueden hacer que las relaciones se sientan como algo intenso y arrollador, pero inestable. Para estos adolescentes, los vínculos positivos intensos pueden, de repente, volverse terriblemente decepcionantes y dejarlos en un estado de angustia, enojo o desesperación imposible de manejar.
Otros luchan contra rasgos de la personalidad que hacen que se sientan atraídos por emociones peligrosas que generan conductas autodestructivas o de riesgo. Algunos tienden a recurrir a conductas dramáticas para obtener demostraciones de amor y sentirse cuidados. Para otros, el estrés postraumático ha afectado su capacidad de lidiar con las situaciones.. O están luchando con problemas de alcohol o sustancias.
Presión de los pares. Algunos adolescentes son influenciados para comenzar a autolesionarse por otra persona que ya lo hace. La presión de un grupo de compañeros también puede desempeñar un papel importante. Algunos adolescentes se cortan en grupos y pueden presionar a otros a hacerlo. Un adolescente podría ceder ante esta presión de grupo para demostrar que es osado o “está en la onda”, para tener un sentido de pertenencia o evitar el acoso de sus compañeros.
Cualquiera de estos factores puede ayudar a explicar por qué un adolescente se autolesiona. Pero también juegan un papel fundamental los sentimientos y las experiencias únicos de cada adolescente. Algunos adolescentes que se autolesionan podrían no ser capaces de explicar por qué lo hacen.
Independientemente de los factores que pueden conducir a que un adolescente se autolesione, esta conducta no es una forma sana de manejar las emociones y presiones, por extremas que éstas sean.
Confrontar las autolesiones
Algunos adolescentes exhiben sus lesiones autoinfligidas. O si dichas lesiones requieren atención médica, ésta puede ser la forma de que otros se enteren de lo que les sucede. Pero muchos adolescentes se autolesionan durante mucho tiempo antes de que alguien se dé cuenta. Algunos finalmente le cuentan a alguien su problema, ya sea porque desean ayuda para dejar de lesionarse o porque desean que alguien sepa lo que les pasa.
Pedir ayuda requiere coraje y confianza. Muchos adolescentes dudan en contarle a alguien su problema porque temen que se los malentienda, o que, al saberlo, otras personas se sientan enojadas, molestas, decepcionadas, escandalizadas o los juzguen mal. Algunos se lo confían a amigos, pero les piden que no digan nada. Esto puede crear una carga y una preocupación para el amigo que lo sabe.
Si se los interroga acerca de los cortes, los adolescentes pueden responder de diferentes maneras, dependiendo en parte del adolescente en sí, y en parte de cómo se lo encare. Algunos niegan que se autolesionan, mientras que otros quizá lo admiten, pero niegan que sea un problema. Algunos incluso pueden enojarse y sentirse molestos, o rechazar cualquier intento de ayuda. A algunos adolescentes les alivia que otra persona sepa lo que les pasa, se preocupe por ellos y desee ayudarlos.
Dejar de cortarse y autolesionarse
Independientemente de que otra persona lo sepa y haya intentado ayudarlos o no, algunos adolescentes se autolesionan durante mucho tiempo antes de intentar abandonar esta conducta. En aquellos casos donde los cortes son parte de otro problema de salud mental, generalmente se requiere ayuda profesional. A veces el hecho de autolesionarse u otros síntomas derivan en la internación del adolescente en un hospital o clínica de salud mental. Algunos adolescentes deben ser internados más de una vez por autolesiones antes de que estén listos para aceptar ayuda por cortarse o por otros problemas.
Algunos adolescentes encuentran por sí mismos una manera de dejar de lesionarse. Esto puede suceder si el adolescente encuentra una razón importante para dejar de hacerlo (como el darse cuenta de cuánto hace sufrir a un amigo), si recibe el apoyo necesario o si encuentra maneras de resistirse a este fuerte impulso. Para dejar de lesionarse, una persona también debe descubrir nuevos modos de manejar las situaciones problemáticas y de regular las emociones abrumadoras. Esto puede llevar tiempo y a menudo requiere la ayuda de un profesional de la salud mental.
Puede ser difícil dejar de cortarse o autolesionarse y quizá un adolescente no tenga éxito al principio. Algunos dejan de hacerlo por un tiempo y luego recaen. Para romper con este fuerte hábito se requiere determinación, valentía y fortaleza, así como el apoyo de otras personas que brinden su comprensión y afecto.