Invaginación basilar
¿Qué es una invaginación basilar?
Las invaginaciones basilares ocurren cuando la parte superior de la columna vertebral presiona la base del cráneo. Esto hace que la columna comprima y pellizque el tronco cerebral, también conocido como tallo cerebral, el denso amasijo de nervios que conecta el cerebro con la médula espinal.
Las invaginaciones basilares leves se llaman “impresiones basilares”.
¿Qué ocurre en una invaginación basilar?
Esta afección suele estar provocada por un aplanamiento inusual de la base del cráneo (llamado “platibasia”), y/o por problemas en los huesos del cuello.
El cuello viene a ser una pila de huesos llamados “vértebras”:
- Las siete vértebras del cuello son las vértebras cervicales. Se abrevian como C1–C7.
- C1 es la vértebra ubicada en la parte superior y también es la vértebra que sostiene el cráneo.
- C2 reside justo debajo de C1. C2 tiene un saliente proyectado hacia arriba por la parte delantera que atraviesa toda la vértebra C1.
- C1 pivota sobre el saliente de C2 para que la cabeza pueda girar hacia la derecha y la izquierda.
- A veces, el saliente de C2 presiona hacia arriba en mayor medida de lo que debería, comprimiendo el tronco cerebral.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de las invaginaciones basilares?
Las invaginaciones basilares pueden causar distintos tipos de síntomas en función de cuál sea la parte del tronco cerebral que se comprima o pellizque. Entre los síntomas más frecuentes, se incluyen los siguientes:
- dolor de cabeza (suele afectar a la parte posterior de la cabeza o al cuello superior)
- debilidad en el cuello
- nistagmo (movimientos oculares espasmódicos)
- problemas para hablar o para tragar
- mareos, vahídos o sensación de desfallecimiento
- adormecimiento o cosquilleo en manos o pies
- pérdida de la propiocepción (saber en qué posición se encuentran las distintas partes del cuerpo sin mirarlas)
- tener una sensación de sacudida en la parte baja de la espalda cuando el cuello se dobla hacia delante
- debilidad muscular o parálisis en brazos, piernas o ambos a la vez
- problemas para ir al baño (orinar o ir de vientre), o tener accidentes en el control de los esfínteres
Los síntomas pueden empeorar cuando el cuello se dobla hacia delante.
¿Cuáles son las causas de las invaginaciones basilares?
Un niño puede nacer con esta afección (invaginación basilar congénita) o desarrollarla con el paso del tiempo como consecuencia de tener los huesos blandos.
Con frecuencia, se desconoce la causa de las invaginaciones basilares congénitas. En algunos bebés, puede ocurrir debido a condiciones tales como las siguientes:
- malformación de Arnold Chiari
- hidrocefalia
- síndrome de Klippel-Feil
- siringomielia (cuando se forma un quiste lleno de líquido en la médula espinal)
Las invaginaciones basilares que se desarrollan con el paso del tiempo pueden ocurrir debido a:
- una lesión fuerte (como una caída o un accidente de coche o de bicicleta)
- un trastorno óseo, del tejido conjuntivo, del sistema inmunitario, del sistema endocrino o de otro tipo, como:
- la osteogénesis imperfecta (enfermedad de los huesos de cristal)
- el síndrome de Marfan
- la artritis reumatoide
- el raquitismo (cuando los huesos se vuelven blandos y débiles)
¿Cómo se diagnostican las invaginaciones basilares?
Los niños con síntomas de invaginación basilar son evaluados por profesionales de la salud especializados en:
- el cerebro y los problemas neurológicos (neurología)
- la cirugía cerebral y del sistema nervioso (neurocirugía)
- los problemas óseos (traumatología)
El profesional de la salud preguntará sobre los síntomas de su hijo y lo explorará, comprobando cómo le funcionan los músculos y los nervios de todo el cuerpo.
Las resonancias magnéticas (RM) son las mejores pruebas que se pueden hacer para observar el cerebro y la médula espinal.
Las radiografías o una tomografía computarizada (TC) también pueden diagnosticar y evaluar la invaginación basilar.
¿Cómo se tratan las invaginaciones basilares?
Los profesionales de la salud se pueden limitar a hacer revisiones de control regulares a los niños afectados por invaginaciones basilares leves o asintomáticas.
Algunos síntomas se pueden tratar con:
- medicamentos antiinflamatorios
- tracción manual del cuello
- colocación de un collarín cervical (en el cuello) o de un corsé cérvico-torácico (que sujeta la cabeza, el cuello y la espalda superior)
- fisioterapia
Si los síntomas incluyen problemas neuronales o si el cuello no está estable, puede ser necesario operar al niño. El cirujano puede llevar a cabo la operación a través de la nariz, la boca o la parte posterior de la cabeza y el cuello del paciente. A veces, los niños necesitan someterse a una tracción cervical con halo durante una pocas semanas antes de operarse para ayudar al cráneo y al cuello a adoptar una posición más adecuada.
¿Qué más debería saber?
A medida que un niño con invaginación basilar vaya creciendo, asegúrese de:
- Estar pendiente de posibles empeoramientos de sus síntomas o de la aparición de nuevos síntomas.
- Asistir con su hijo a todas las visitas médicas de seguimiento siguiendo las recomendaciones del profesional de la salud que lo atiende.
- Llevar a su hijo a hacerse todas las pruebas de diagnóstico por la imagen que le pidan para analizar los cambios que se vayan produciendo en los huesos del cráneo y del cuello.
Es mucho más probable que las lesiones en el cuello en los niños con invaginaciones basilares sean graves o incluso mortales que en los demás niños. Por lo tanto, estos niños se deben abstener de practicar aquellas actividades que los expongan a lesiones en el cuello, como los deportes de contacto, los clavados, el submarinismo y la gimnasia artística.