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Tortícolis

¿Qué es la tortícolis?

La tortícolis (o “cuello torcido”) significa tener el cuello rígido, torcido y dolorido. La tortícolis también hace que la cabeza esté ladeada hacia un lado. 

Los niños pueden desarrollar tortícolis por diferentes motivos. La mayoría de las causas más frecuentes no son graves. Pero en algunas ocasiones los niños con tortícolis deberán ver a un médico de inmediato. 

¿Qué causa la tortícolis? 

La tortícolis suele ocurrir debido a la irritación de alguno de los músculos del cuello. Esto puede ocurrir cuando los niños: 

  • se quedan dormidos en una postura nueva o incómoda, y los músculos del cuello se les distienden. 
  • tienen un resfriado o una infección en la garganta (como la mononucleosis o la amigdalitis estreptocócica). La inflamación de los ganglios linfáticos del cuello, que puede acompañar a las infecciones, puede irritar o hacer que se tensen los músculos del cuello. 

Los niños con una irritación muscular que les desencadena una tortícolis se suelen levantar con dolor y rigidez de cuello. 

Algunos niños pueden tener tortícolis por causas graves. Las dos causas más frecuentes son las lesiones en el cuello y los abscesos retrofaríngeos. Cuando un niño tiene tortícolis después de lesionarse el cuello o cuando tiene dolor de cuello acompañado de fiebre, babeo o dificultades para tragar, deberá acudir a un médico de inmediato

Hay algunos bebés que nacen con un tipo diferente de tortícolis, que no es dolorosa. 

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la tortícolis? 

Si a su hijo le duele el cuello cuando lo intenta mover, o si lo tiene tenso y/o dolorido por un lado, se podría tratar de una tortícolis. Otro signo característico de la tortícolis es que la cabeza esté ligeramente inclinada hacia el lado dolorido (para aliviar la tensión), y la barbilla esté orientada en la dirección opuesta para relajar el cuello todavía más. 

Los niños con tortícolis provocada por la irritación de los músculos del cuello también experimentan dolor cuando giran el cuello hacia el lado contrario al dolorido, tensan los músculos o les presionan la zona afectada.

¿Cómo se trata la tortícolis? 

La manera de tratar la tortícolis depende de cuál sea su causa. 

La tortícolis debida a la irritación de los músculos del cuello suele desaparecer por sí sola. Tras un día de descanso, el dolor de cuello y la inclinación de la cabeza del niño deberían empezar a desaparecer, aunque es posible que no remitan por completo hasta al cabo de unos pocos días. 

Mientras su hijo se vaya recuperando, limite cualquier actividad que le haga girar la cabeza, tensar o forzar el cuello. Para ayudar a su hijo a encontrarse mejor:  

  • Ofrézcale medicamentos para aliviarle el dolor, como el ibuprofeno. Si tiene molestias musculares, estos medicamentos le pueden ayudar a curar el tejido muscular y a detener el dolor. 
  • Aplique compresas calientes sobre la parte del cuello que le duela a su hijo cuando intente moverlo. (Si usa bolsas o paquetes de calor, no los aplique directamente sobre la piel. En vez de eso, colóquele una toallita o paño entre la fuente de calor y la piel.) Utilice el calor solo durante 20 minutos seguidos. Aplique compresas calientes cada tres o cuatro horas. 
  • Si el dolor no remite después de medicar a su hijo con ibuprofeno, es posible que el médico le recete a su hijo un medicamento para relajarle los músculos durante unos pocos días. 

Eche un vistazo a la cama de su hijo si se empieza a quejar de tortícolis justo después de despertarse por la mañana. Una almohada llena de bultos o los muñecos que se dejan en la cama por la noche pueden causar posturas incómodas para dormir. (Recuerde que, para reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), nunca debe permitir que un bebé de menos de 12 meses de edad duerma con almohadas, cojines, mantas, colchas, protectores de cuna ni juguetes dentro de la cuna o de la cama.) Asegurarse de que el espacio que su hijo utiliza para dormir sea cómodo y seguro puede ayudar a que su tortícolis desparezca y no la vuelva a desarrollar. 

La tortícolis debida a una infección puede requerir tratamiento con antibióticos para mejorar. Si su hijo tiene fiebre junto con tortícolis, llame a su médico. 

La tortícolis provocada por una lesión en cuello requiere cuidados especiales. Llame al médico de su hijo para que lo trate si tiene el cuello rígido, torcido y le duele después de habérselo lesionado. 

¿Cuándo debería llamar al médico?

Si el dolor de cuello de su hijo no mejora después de aplicar las medidas antes señaladas y de mejorar la comodidad del lugar donde duerme su hijo, hable con su médico. Los médicos diagnostican la tortícolis preguntando por cómo empezaron los síntomas (por ejemplo, tras una fiesta de pijamas) y explorando al paciente. Es posible que el médico solicite radiografías u otros tipos de pruebas de diagnóstico por la imagen. 

Llame al médico de su hijo o haga que reciba ayuda médica inmediata si tiene tortícolis debido a una causa grave. Llame de inmediato al teléfono de emergencia (el 911 en Estados Unidos) si su hijo se ha caído o se ha lesionado y tiene el cuello torcido. 

Llame al médico si su hijo tiene el cuello torcido o rígido o la cabeza inclinada y: 

  • no puede mover el cuello
  • tiene fiebre, dolor de cabeza, dolor de garganta o babea 
  • tiene dificultades para tragar, comer y/o beber
  • se queja de cambios en la vista 
  • ha empezado a tomar un medicamento nuevo hace poco
  • parece comportarse de una forma extraña 

Si su hijo tiene una afección médica que afecta al cuello (como el síndrome de Down), llame a su médico en cuanto se queje de problemas en el cuello. Si no está seguro de si su hijo se expone en mayor medida que los demás a desarrollar problemas en el cuello debido a la afección médica que padece, llame a su médico y pregúnteselo.