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Apofisitis epicondilar media

¿Qué es la apofisitis epicondilar medial?

La apofisitis epicondilar medial es una lesión por sobrecarga en el codo causada por los lanzamientos repetitivos. La mayoría de los casos ocurren en lanzadores de béisbol o pitchers, pero cualquier atleta que lanza mucho puede desarrollar esta afección. 

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la apofisitis epicondilar medial? 

A los niños con apofisitis epicondilar medial les duele la parte interna del codo. Al principio, el codo les puede doler solo mientras lanzan o justo después de lanzar. Pero, si no se trata, el codo les puede empezar a doler constantemente. El dolor suele empezar de forma gradual, pero también puede ocurrir después de un solo lanzamiento si el atleta lleva mucho tiempo realizando el mismo movimiento. 

Causas de la apofisitis epicondilar medial 

La apofisitis epicondilar medial es una lesión por sobrecarga (también llamada lesión por estrés repetitivo o por uso excesivo). Las lesiones por sobrecarga ocurren porque se repite el mismo movimiento una y otra vez. 

En la apofisitis epicondilar medial, los lanzamientos repetidos lesionan el cartílago de crecimiento o placa epifisaria del codo. El cartílago de crecimiento es una capa de cartílago ubicada cerca del extremo del hueso, que es donde ocurre la mayor parte del crecimiento óseo. Esta parte es más débil y tiene un mayor riesgo de lesionarse que el resto del hueso. 

¿Quién puede desarrollar una apofisitis epicondilar medial? 

La apofisitis epicondilar medial afecta mayoritariamente a los lanzadores de béisbol. Pero cualquier persona que haga muchos lanzamientos, como los receptores (o catchers), los infielders, y los jardineros, la puede desarrollar. 

La mayoría de los casos de apofisitis epicondilar medial afectan a niños de 8 a 15 años de edad. Todavía están creciendo, de modo que sus huesos aún disponen de cartílagos de crecimiento. Cuando un hueso ya ha acabado de crecer, deja de disponer de cartílago de crecimiento. Los dolores de codo posteriores a los 15 años de edad no es probable que se deban a una apofisitis epicondilar medial.

¿Cómo se diagnostican las apofisitis epicondilares mediales?

Los profesionales de la salud diagnostican apofisitis epicondilares mediales: 

  • preguntando por los deportes y otras actividades que practica el niño
  • haciendo una exploración física del codo, observando su amplitud de movimiento y haciendo pruebas de fuerza en esta articulación 
  • mediante radiografías (Las radiografías suelen ser normales en la apofisitis epicondilar medial pero pueden mostrar otros problemas que afectan al codo)
  • comparando el codo afectado con el otro codo 

¿Cómo se tratan las apofisitis epicondilares mediales?

Los niños con apofisitis epicondilar medial se deben tomar un descanso de hacer lanzamientos durante unas 6 semanas. Para el dolor y la inflamación, pueden: 

  • Colocarse hielo o un paquete o compresa de frío en el codo cada 1 o 2 horas, durante 20 minutos. Envolver el hielo o el paquete de frío en una toalla fina para protegerse la piel.   
  • Tomar ibuprofeno (Advil®, Motrin® o la marca genérica) o naproxeno (Aleve®, Naprosyn® o la marca genérica) si el profesional de la salud lo cree conveniente. Seguir las instrucciones del prospecto o del paquete sobre cuánta cantidad de medicamento deben tomar y con qué frecuencia. Los niños siempre deben tomar los medicamentos con comida. 

Cuando el dolor y la inflamación mejoran, los profesionales de la salud suelen recomendar  fisioterapia u otro programa de ejercicios.  Antes de retomar el deporte, a algunos niños les puede ayudar trabajar la forma de lanzar con un monitor, entrenador o un fisioterapeuta. 

¿Cuándo puede volver a lanzar un niño con apofisitis epicondilar medial?

Después de concluir el período de descanso y de fisioterapia u otro programa de ejercicios, los niños con apofisitis epicondilar medial pueden volver a lanzar si: 

  • no les duele el codo
  • han recuperado toda la fuerza en el brazo 
  • pueden doblar y enderezar el codo completamente 

Los atletas afectados por una apofisitis epicondilar medial necesitan trabajar con su profesional de la salud y con su entrenador a fin de elaborar un programa para volver a lanzar. El programa debe:

  • aumentar gradual y lentamente la cantidad, distancia e intensidad de los lanzamientos a lo largo de 6–8 semanas  
  • indicar cuántos lanzamientos se pueden hacer al día
  • indicar hasta qué distancia está bien lanzar 

No deberían volver a lanzar hasta que su profesional de la salud les dé el visto bueno. Retomar el deporte demasiado pronto podría lesionarles el codo de forma permanente.

¿Se puede prevenir la apofisitis epicondilar medial?

Para ayudar a prevenir la apofisitis epicondilar medial, los atletas deben:

  • Tomarse un descanso de hacer lanzamientos durante 3–6 meses al año. Durante esos meses, pueden practicar otro deporte que no implique lanzar, como el fútbol o la natación. 
  • Asegurarse de que lanzan correctamente. 

También deben seguir las recomendaciones sobre los lanzamientos que especifiquen:

  • cuántos lanzamientos son adecuados para cada edad 
  • qué tipo de lanzamientos son adecuados para cada edad 
  • cuánto tiempo de descanso es necesario hacer entre entrenamientos y partidos

Puede encontrar información en internet sobre las recomendaciones relacionadas con los lanzamientos en: 

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Para ayudar a un niño con apofisitis epicondilar medial, los padres:

  • Se deben asegurar de que sigue las recomendaciones sobre el descanso y los ejercicios que le dé su profesional de la salud. 
  • Se deben asegurar de que no vuelve a lanzar hasta que el médico le dé el visto bueno. Lanzar antes de tiempo puede causar una lesión permanente en el codo. 
  • Cuando su hijo vuelva a lanzar, asegúrese de que sigue las recomendaciones sobre los lanzamientos. Algún miembro del equipo debería llevar la cuenta de los lanzamientos de cada niño. Si no hay ningún miembro que lo haga, tal vez le interese a usted llevar a cabo esa tarea. 
  • Enseñe a su hijo que, si hay algo que le duele durante un entrenamiento o un partido, debe dejar de jugar de inmediato.  Si el dolor prosiguiera, su entrenador, instructor, monitor o el profesional de la salud que lo atiende debería evaluarlo antes de que volviera a jugar.