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Ayudar a los adolescentes que se autolesionan

La mayoría de nosotros sabemos que algunos adolescentes se cortan. Pero cortarse (usar un objeto afilado como una hoja de afeitar, un cuchillo o unas tijeras para hacer marcas, cortes o rasguños en el cuerpo) es solo una de las varias formas de autolesión. Los adolescentes que se autolesionan también pueden quemarse, rasguñarse o golpearse; golpearse la cabeza; tirarse del cabello; pellizcarse la piel; perforarse la piel con agujas u objetos punzantes; o insertarse objetos debajo de la piel.

Puede ser difícil entender por qué los adolescentes se lastiman a propósito. Enterarse de que su hijo se está autolesionando, lo puede sorprender y preocupar, y es posible que no sepa qué hacer para ayudarlo.

¿Por qué los adolescentes se autolesionan?

Cortarse o hacerse otras autolesiones es un intento de controlar emociones y estrés fuertes que pueden parecer imposibles de tolerar. Esta conducta puede estar relacionada con cuestiones emocionales que se deben abordar. En la mayoría de las ocasiones, autolesionarse no es un intento de suicidio. 

Se trata de un comportamiento que afecta a muchos adolescentes y preadolescentes. A muchos adolescentes les preocupa que un amigo suyo se corte o que sea presionado por sus compañeros hasta el punto de llegar a probar cortase como si se tratara de un desafío.

En muchos casos, el comportamiento de cortarse y las emociones que lo acompañan son algo a lo que los adolescentes se enfrentan a solas. Pero, debido a la creciente conciencia social, cada vez hay más adolescentes que pueden recibir la ayuda que necesitan.

Los padres pueden ayudar a sus hijos que se autolesionan y, cuanto antes lo hagan, mejor. La conducta de cortarse y autolesionarse se puede convertir en un hábito y, lamentablemente, muchas personas subestiman los riesgos de hacerse daño o de enfermar gravemente. 

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Si su hijo en edad adolescente se autolesiona, hay maneras de ayudarlo. Usted le podrá brindar el apoyo que su hijo necesita si se educa sobre el tema, controla sus propios sentimientos y busca el apoyo de un profesional.

Acepte sus propias emociones. Si usted sabe o sospecha que su hijo en edad adolescente se está autolesionando, es normal que experimente una amplia gama de emociones. Es posible que sienta sorpresa, enfado, tristeza, decepción, confusión o miedo. Podría sentirse culpable porque su hijo no acudió a usted en busca de ayuda, o sentirse culpable por no haberlo sabido hasta ahora. Todas esas emociones son completamente comprensibles. Pero lo que ocurre no es por su culpa ni por la culpa de su hijo.

Tómese su tiempo para identificar sus propias emociones y encuentre una manera de expresarlas. Esto puede consistir en desahogarse con un buen llanto, hablar con un buen amigo, salir a pasear para desfogarse o reflexionar en silencio. Si se siente superado por la situación, hablar con un terapeuta lo puede ayudar a encajar la situación y a ganar perspectiva, para poder ofrecer a su hijo lo que necesita.

Aprenda todo lo que pueda. Aprenda todo lo que pueda sobre las autolesiones, por qué los adolescentes lo hacen y qué puede ayudarlos a dejar de hacerlo. Algunos adolescentes se cortan debido a la presión de sus iguales y, una vez empiezan, no les suele resultar fácil parar. Hay otros adolescentes que se sienten presionados a ser perfectos y les cuesta mucho aceptar sus errores y fracasos. Y hay otros que sienten fuertes emociones como el enfado, la tristeza, la impotencia, la desesperación, que les cuesta controlar o soportar. La conducta de autolesionarse a veces es el resultado de experiencias traumáticas y dolorosas que se mantienen en secreto. 

A usted le puede doler mucho desde el punto de vista emocional pensar en que su hijo puede estar experimentando este tipo de cosas. Por difícil que pueda ser, trate de tener presente que explorar cuáles son las presiones que llevan a su hijo a autolesionarse es un paso necesario hacia la curación.

La clave está en la comunicación 

Hable con su hijo. Puede ser duro hablar sobre un tema tan doloroso como este con su hijo. Es posible que no sepa qué le va a decir. Es algo completamente normal. Lo que le diga será casi tan importante como la manera en que se lo diga. Para comenzar la conversación con su hijo, puede simplemente decirle que sabe acerca de sus cortes u otras autolesiones y luego transmitirle su preocupación, amor y su voluntad de ayudarlo a dejar de hacerlo.

Lo más probable es que hablar sobre ello también sea duro para su hijo. Es posible que se sienta avergonzado y preocupado por cómo va a reaccionar usted o por cuáles van a ser las consecuencias. Usted puede ayudarlo a aligerar esas preocupaciones haciéndole preguntas y escuchándolo atentamente, sin reaccionar con castigos, reprimendas ni sermones. Trate de evitar juzgarlo o reaccionar con miedo o disgusto y, en su lugar, trate de responder con una postura compasiva y de apoyo cuando sea posible.

Hágale saber a su hijo adolescente que las autolesiones a menudo están relacionadas con experiencias dolorosas o estrés intenso, y pregúntele si está pasando por algún momento difícil. Es posible que su hijo adolescente no esté listo para hablar al respecto o que ni siquiera sepa por qué se autolesiona. Incluso en esta situación, dígale que quiere entenderlo y encontrar formas de ayudarlo.

No le sorprenda si su hijo, en edad adolescente, se resiste a hablar sobre la conducta de autolesionarse. Pueden negar que lo hace, se puede enojar o molestarse, llorar, gritar o irse furioso. Es posible que un adolescente se cierre en sí mismo o solo diga que nadie lo entiende. Si le ocurre esto con su hijo, trate de mantener la calma y tenga paciencia. No se dé por vencido: busque otro momento para comunicarse con él y vuélvalo a intentar.

Encuentre ayuda profesional. Es importante que busque la ayuda de un profesional de la salud mental cualificado que pueda ayudarlo a entender por qué se autolesiona su hijo, y también ayudar a su hijo a curar viejas heridas y a desarrollar nuevas habilidades de afrontamiento. 

La psicoterapia puede ayudar a los adolescentes a explicar sus vivencias, a poner en palabras sus experiencias difíciles, y a aprender habilidades que les sirvan para afrontar el estrés que forma parte de la vida. La psicoterapia también puede ayudar a identificar afecciones subyacentes en salud mental que requieren ser evaluadas y tratadas. En muchos adolescentes, la conducta de cortarse o autolesionarse es un pista que orienta hacia la depresión, los problemas bipolares (trastornos del estado de ánimo), los duelos no resueltos, el comportamiento compulsivo o el exceso de perfeccionismo. 

Es importante encontrar a un buen terapeuta con el que su hijo se sienta cómodo y se abra. Si necesita ayuda para encontrar a alguien, el médico de su hijo o su orientador escolar lo puede guiar.

Mantenga una actitud positiva

Apoye y anime a su hijo. Mientras su hijo esté recibiendo ayuda profesional, implíquese en el proceso lo máximo posible. Pida al terapeuta que lo guíe sobre cómo hablar y apoyar a su hijo. Y pregunte a su hijo la mejor manera en que lo puede ayudar.

Por ejemplo, lo puede ayudar:

  • Haciendo saber a su hijo que usted estará ahí para hablar siempre que sus emociones o problemas le parezcan demasiado difíciles de soportar.
  • Ayudando a su hijo a crear un plan sobre qué hacer, en vez de autolesionarse, cuando se sienta muy presionado, estresado o dominado por las emociones. 
  • Animando a su hijo a hablar sobre las experiencias y emociones de cada día, y a poner en palabras sus necesidades, sus decepciones, sus logros y sus opiniones.
  • Esté a su lado para escucharlo, tranquilizarlo, consolarlo y para ayudarlo a pensar en soluciones a los problemas, y ofrézcale todo su apoyo cuando le surjan problemas.
  • Pasen tiempo juntos haciendo cosas divertidas, entretenidas o relajantes. Pueden dar un paseo, una vuelta en coche, compartir un tentempié o hacer recados juntos.
  • Céntrese en lo positivo. Aunque ayuda hablar sobre los problemas, evite darles demasiadas vueltas. Asegúrese también de trasmitirle qué es lo bueno de la vida.

Sea un buen ejemplo. Tenga en cuenta que usted puede influir en la manera en que su hijo responde al estrés y a las presiones dándole un buen ejemplo. Fíjese en cómo gestiona sus propias emociones y en cómo afronta las frustraciones, el estrés y las presiones. Fíjese bien en si usted tiende a despreciar a los demás, es crítico consigo mismo o se enfada con facilidad. Considere la posibilidad de hacer cambios en su forma de comportarse que no le gustaría que su hijo imitara.

Tenga paciencia y esperanza. Enterarse de que su hijo se autolesiona puede ser el principio de un largo proceso. Que un chico deje de autolesionarse es algo que puede tomar un tiempo. A veces, un adolescente no quiere dejar de cortarse o no está preparado para hacer los cambios que eso implica. 

Dejar de cortarse u otro tipo de autolesión requiere motivación y determinación. También es necesario tener conciencia de uno mismo y poner en práctica nuevas habilidades de gestión de las presiones y del estrés emocional. Este tipo de cosas requiere tiempo y suele ser necesario acudir a un profesional de la salud mental.

En calidad de padre o de madre, necesita tener paciencia. Con la guía adecuada, amor y apoyo, su hijo puede dejar de autolesionarse y aprender formas saludables de afrontar los problemas cotidianos.