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Crup

Sobre el crup

Los niños con crup tienen un virus que hace que sus vías respiratorias se inflamen. Tienen el signo característico de la tos seca o “de perro” (que se suele comparar con el ruido del ladrido de una foca), la voz ronca y emiten un ruido agudo y chirriante al respirar.

La mayoría de los niños con crup mejoran al cabo de aproximadamente una semana.

¿Cuáles son los síntomas del crup?

Al principio, el niño puede presentar síntomas catarrales, como congestión o secreción nasales y fiebre. A medida que las vías respiratorias superiores (la laringe y la tráquea) se vayan irritando e inflamando, el niño puede desarrollar ronquera y presentar tos seca.

Si las vías se siguen inflamando, al niño le resultará cada vez más difícil respirar. Los niños suelen emitir un ruido agudo similar a un chillido al inspirar, conocido como estridor. También es posible que respiren muy rápido o que presente retracciones intercostales (cuando la piel que hay entre las costillas se hunde al respirar). En los casos más graves, es posible que el niño se ponga pálido y que presente una tonalidad azulada alrededor de la boca, debido a la falta de oxígeno.

Los síntomas del crup suelen empeorar por la noche y cuando el niño llora o está alterado.

¿Cuál es su causa?

Los mismos virus que causan el resfriado común también pueden causar el crup. Más frecuente en otoño, el crup puede afectar a niños de hasta 5 años de edad.

Hay dos tipos de crup, el crup viral y el crup espasmódico, ambos asociados a tos seca o “de perro”. La mayoría de los casos de crup son de virales.

¿Cómo se diagnostica?

Los profesionales de la salud escuchan para identificar sus signos característicos de tos seca o de perro y estridor. También suelen preguntar a las familias si el niño ha padecido hace poco una enfermedad que causó fiebre, secreción y congestión nasales, y si tiene antecedentes médicos de crup o de otros problemas en las vías respiratorias superiores.

Si el niño presenta un cuadro de crup grave que responde poco al tratamiento, es posible que el médico solicite una radiografía de cuello. En los casos de crup, la radiografía suele mostrar un estrechamiento en la parte superior de las vías respiratorias, que los médicos denominan “imagen en punta de lápiz” o “signo del reloj de arena”.

¿Cómo se trata?

La mayoría de los casos de crup son leves y se pueden tratar en casa. Intente que su hijo esté tranquilo, porque el llanto puede empeorar el crup.

Para la fiebre, medicamentos como el paracetamol o, solo para niños mayores de 6 meses, el ibuprofeno) pueden aliviar las molestias de su hijo. Pregunte al profesional de la salud que lleva a su hijo qué cantidad le puede dar y siga sus indicaciones al pie de la letra.

Respirar aire húmedo puede ayudar a los niños a encontrarse mejor. Para ayudar a su hijo a respirar aire húmedo:

  • utilice un humidificador de vapor frío o bien abra el grifo del agua caliente de la ducha para que el cuarto de baño se llene de vapor y siente allí a su hijo durante 10 minutos. Respirar el vapor a veces permite frenar los fuertes ataques de tos.
  • Durante los meses más fríos, sacar al niño al exterior durante unos minutos para que respire aire fresco le puede aliviar los síntomas. También puede probar a pasear al niño en coche bajando un poco las ventanillas para que respire aire frío.

Su hijo debería beber abundante líquido para prevenir la deshidratación. En caso necesario, dele pequeñas cantidades de líquido más a menudo utilizando una cuchara o un gotero. Los niños con crup también deben descansar mucho.

Algunos niños necesitarán tratamiento respiratorio en el marco hospitalario y/o medicarse con esteroides para reducir la inflamación de las vías respiratorias. Raramente, los niños con crup necesitan quedarse en el hospital hasta que respiren mejor.

¿Cuándo debería llamar al pediatra?

La mayoría de los niños se recuperan del crup sin problemas. Pero algunos de ellos, sobre todo lo que nacieron de forma prematura o los que tienen asma u otra enfermedad pulmonar corren el riesgo de desarrollar complicaciones.

Llame al pediatra o pida atención médica inmediata si su hijo:

  • tiene problemas para respirar, incluyendo respiración rápida y/o dificultosa
  • le falta tanto el aliento que le impide hablar o andar
  • presenta hundimiento de los músculos del cuello y del pecho al respirar
  • tiene un estridor que está empeorando
  • está pálido o tiene una coloración azulada alrededor de la boca
  • tiene salivación excesiva o dificultades para tragar
  • está muy cansado y le cuesta mucho despertarse por la mañana
  • está deshidratado (boca seca o pegajosa, escasez o falta de lágrimas, ojos hundidos, sed, reducción de la cantidad de orina)