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Alimentar a su hijo de 1 a 3 meses de edad

Durante los tres primeros meses de vida, la leche materna o de fórmula proporciona toda la nutrición que necesita un bebé. Los médicos recomiendan esperar hasta que su bebé tenga unos 6 meses de edad para introducir los alimentos sólidos en su dieta. Algunos bebés pueden estar preparados para ingerir sólidos antes de cumplir los 6 meses, pero espere hasta que su bebé tenga por lo menos 4 meses de edad.

¿Qué cambios debería esperar? 

Conforme su hijo vaya creciendo, su proceso de alimentación irá cambiando. Los bebés empezarán a tomar una mayor cantidad de leche en cada toma, por lo que no necesitarán alimentarse tan a menudo y dormirán durante más tiempo seguido por la noche.

El apetito de su bebé aumentará durante los estirones. Siga alimentándolo a demanda y aumente la cantidad de tomas cuando sea necesario.

Su bebé se volverá más alerta conforme vayan pasando las semanas, vaya gorjeando y vaya sonriendo. Por lo tanto, habrá más interacción entre usted y su bebé durante las tomas.

Lo que presentamos a continuación son unas directrices generales, y es posible que su bebé tenga hambre más o menos a menudo de lo que indicamos. Por eso, es importante que preste atención a las pistas que le da su bebé sobre si tiene hambre o está satisfecho. Un bebé que ya ha comido lo suficiente puede succionar más despacio, dejar de succionar o alejarse del pecho o del biberón.

Lactancia materna: ¿cuánta y con qué frecuencia? 

Cuando crecen, los bebés empiezan a mamar menos a menudo y a dormir durante más tiempo seguido por la noche. Lo más probable es que su hijo esté comiendo lo suficiente si:

  • parece alerta, satisfecho y está activo
  • aumenta de peso y crece
  • hace de seis a ocho tomas al día
  • moja y mancha los pañales de una forma regular

Los bebés podrían no estar comiendo lo suficiente si:

  • no parecen estar satisfechos
  • lloran constantemente
  • están irritables, incluso después de comer
  • no mojan los pañales

Llame a su médico si le preocupa que su bebé no esté comiendo lo suficiente.

Pocas semanas después de nacer, los bebés amamantados tienden a hacer una menor cantidad de deposiciones (heces) que las que solían hacer. Cuando su hijo ronde los 2 meses de edad, es posible que no vaya de vientre (haga caca) después de cada toma o, incluso, que no vaya de vientre cada día. Durante los estirones, es posible que note que su pequeño se quiere alimentar más a menudo. Este aumento de la frecuencia de las tomas será un signo para aumentar su producción de leche. Y, al cabo de pocos días, la oferta y la demanda se equilibrarán.

Los bebés que solo se alimentan de leche materna deben tomar suplementos de vitamina D durante los primeros días de vida. No suele ser necesario que tomen otros suplementos, agua, jugos ni alimentos sólidos.

Lactancia con leche de fórmula:  ¿cuánta y con qué frecuencia? 

Los bebés digieren la leche de fórmula con mayor lentitud que la leche materna; por lo tanto, si alimenta a su hijo con leche de fórmula, su pequeño necesitará hacer menos tomas que un bebé amamantado.

A medida que los bebés crecen, pueden comer más en cada comida y pueden pasar más tiempo sin comer entre comidas. También se dará cuenta de que su bebé está empezando a dormir durante más tiempo seguido por la noche.

Durante el segundo mes, los lactantes pueden ingerir de 4 a 5 onzas (118 a 148 ml) de leche en cada toma. Hacia el final del tercer mes, lo más probable es que su bebé necesite una onza más (unos 30 ml) de leche en cada toma.

Es fácil alimentar a un bebé en exceso cuando se utiliza un biberón porque cuesta menos esfuerzo beber de un biberón que hacerlo del pecho materno. Asegúrese de que el agujero de la tetina del biberón es del tamaño adecuado. El líquido debería gotear con lentitud, sin salir a chorro ni desbordarse. Así mismo, no se deje llevar por el deseo de que su bebé se acabe todo el biberón cuando dé muestras de estar satisfecho.

No deje nunca que el bebé sostenga su propio biberón. Esto puede provocar atragantamiento o asfixia por aspiración y aumenta el riesgo de desarrollar infecciones de oído y caries dental.

¿Me debería preocupar por las regurgitaciones del bebé? 

Es normal que los lactantes “regurgiten” después de comer o al eructar. Regurgitar pequeñas cantidades de leche (menos de una onza, o 30 ml), no debería ser motivo de preocupación siempre que ocurra durante la hora inmediatamente posterior a la toma y no moleste al bebé.

Usted puede reducir las regurgitaciones de su bebé durante sus primeros meses de vida:

  • alimentando al bebé antes de que esté muy hambriento
  • manteniendo al bebé en una postura semi-erguida durante la toma y durante la hora inmediatamente posterior a la toma.
  • haciendo eructar al bebé a menudo
  • evitando alimentarlo en exceso
  • no manipulando al bebé ni jugando con él de forma vigorosa justo después de las tomas

Si su bebé parece estar regurgitando grandes cantidades de leche, regurgita de forma violenta, está irritable durante o después de las tomas, o bien parece estar perdiendo peso o no ganándolo según lo esperable, llame a su médico. Y, si su bebé tiene fiebre o presenta signos de deshidratación (como no mojar los pañales), llame al médico de inmediato.

Consulte también al médico de su hijo si tiene cualquier duda, pregunta o preocupación relacionada con la alimentación del pequeño.