Gastroenteritis (gripe estomacal o intestinal)
¿Qué es la gastroenteritis?
La gastroenteritis, que se suele llamar “gripe estomacal” o “gripe intestinal” es una enfermedad frecuente, que causa vómitos, diarrea y retortijones abdominales. Suele durar pocos días y no es grave. La mayoría de los niños mejoran en casa, con reposo y bebiendo abundantes líquidos.
¿Cuál es la causa de la gastroenteritis?
La gastroenteritis ocurre cuando gérmenes (virus, bacterias o parásitos) infectan el estómago o los intestinos, causando inflamación.
En los niños, los virus son la causa más frecuente de las gastroenteritis. El rotavirus causa muchos casos de gripe estomacal o intestinal en los niños, pero la vacuna del rotavirus puede ayudar a prevenir estas infecciones.
Muchos de los gérmenes que causan gastroenteritis se contagian con facilidad. Por lo tanto, una persona se puede infectar si:
- Toca algo que está contaminado y luego toca su comida o se toca la boca.
- Comparte comida o bebida con una persona afectada por una gastroenteritis.
- Vive con una persona infectada pero que no ha contraído una gastroenteritis.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la gastroenteritis?
Los signos más frecuentes de la gastroenteritis son los vómitos y la diarrea. Muchos niños también tienen fiebre.
Cuando los niños tienen diarrea o vómitos, pierden muchos fluidos a través de las heces (cacas) y/o los vómitos. Esto puede conducir a una deshidratación (tener una cantidad insuficiente de agua en el cuerpo). Si el cuerpo se deshidrata, puede tener problemas para funcionar como debería funcionar.
¿Cómo se diagnostica la gastroenteritis?
Los médicos suelen saber que alguien tiene una gripe estomacal o intestinal solo a partir de sus síntomas. Por lo general, no es necesario hacer pruebas. Si un niño está muy enfermo o tiene sangre o mucosidades en las heces, su médico puede pedir una análisis de heces, y/o una análisis de orina, y/o un análisis de sangre para saber si está deshidratado y qué lo ha podido causar.
¿Cómo se trata la gastroenteritis?
No hay ningún tratamiento específico de la gastroenteritis, y la mayoría de los niños se pueden tratar en casa. Mantenga a su hijo bien hidratado, ofreciéndole abundante cantidad de líquidos. Los niños con una deshidratación más grave es posible que se deban tratar en un servicio de urgencias médicas, de un hospital u otro tipo de centro médico.
La deshidratación leve se trata con rehidratación oral (por boca). Se suele hacer administrando una solución de rehidratación oral (como Pedialyte, Enfalyte, o la marca genérica). Estas soluciones contienen la cantidad adecuada de agua, azúcar y sal para ayudar a combatir la deshidratación. Puede comprar soluciones de rehidratación oral sin receta médica en farmacias o supermercados. Si no logra encontrar una solución de rehidratación oral, hable con el médico de su hijo.
Si su hijo tiene una deshidratación leve y su médico le indica que empiece a rehidratarlo en casa:
- Dé a su hijo una solución oral de electrolitos tan a menudo como sea posible. Si su hijo está vomitando, empiece dándole pequeños sorbos, de una a dos cucharaditas cada pocos minutos.
- Los bebés pueden seguir mamando o alimentándose con leche de fórmula, siempre que no estén vomitando de forma repetida.
- No le dé a un bebé agua en lugar de una solución de rehidratación oral. El agua no contiene la cantidad adecuada de nutrientes para un bebé deshidratado.
- Los niños mayores pueden tomar polos de bebidas de electrolitos congeladas.
- No le dé a su hijo jugo que no haya sido diluido en agua, refrescos ni bebidas deportivas. Contienen mucho azúcar, que puede empeorar la diarrea.
Cuando su hijo deje de vomitar, le puede ofrecer cantidades reducidas de alimentos sólidos, como tostadas, crackers, arroz o puré de patatas. El yogur, la fruta, la verdura y la carne magra, como el pollo, también son adecuados.
Un niño que no está vomitando puede seguir con su dieta regular siempre que le apetezca comer. Pero puede tardar un tiempo en apetecerle comer alimentos sólidos. No es necesario que evite los lácteos, a menos que al tomarlos le empeoren los vómitos o la diarrea. Evite los alimentos grasos, que pueden empeorar la diarrea.
Para ayudar a su hijo a encontrarse mejor, deje que descanse cuanto necesite. Le puede dar medicamentos para frenar la fiebre y/o el dolor, como el paracetamol o el ibuprofeno (no dé ibuprofeno a bebés menores de 6 meses de edad), siempre que el médico de su hijo le dé el visto bueno. Siga las instrucciones del prospecto o del envase sobre la dosis de medicamento que le debe dar a su hijo. No le dé a su hijo (en edad infantil o adolescente) aspirinas, ni cualquier otro medicamento que contenga salicilatos. Estos medicamentos se han asociado a una enfermedad inusual pero grave llamada síndrome de Reye.
No dé a su hijo medicamentos contra la diarrea o los vómitos a menos que se lo indique su médico.
Haga que su hijo se quede en casa hasta que lleve 24 horas sin vomitar y sin fiebre y le haya mejorado la diarrea. Su hijo no se podrá bañar en piscinas hasta que le hayan remitido todos los síntomas.
¿Cuándo debería llamar al médico?
Llame al médico si su hijo:
- no puede beber nada durante varias horas seguidas
- está orinando con menos frecuencia que de costumbre (cada más de 4–6 horas en los bebés y cada 6-8 horas en los niños)
- presenta signos de deshidratación, como ausencia o escasez de lágrimas al llorar, boca seca o pegajosa, labios agrietados, mareo o sensación de desvanecimiento, somnolencia o reducción del nivel de alerta.
- tiene fiebre alta
- tiene sangre en las heces o en el vómito
- lleva vomitando más de 24 horas o su diarrea no mejora al cabo de varios días
¿Se puede prevenir la gastroenteritis?
Los gérmenes que causan la gastroenteritis son contagiosos. La mejor manera de evitar esta enfermedad consiste en impedir que los gérmenes que la causan se propaguen:
- Enseñe a todos los miembros de su familia a lavarse las manos a fondo y con frecuencia. Las manos se deben lavar durante un mínimo de 20 segundos y con agua y jabón. Esto es de especial importancia después de ir al baño y antes de preparar alimentos o de comer.
- Lave las encimeras, lo pomos de las puertas y otras superficies que se toquen mucho con un limpiador que mate virus y bacterias.
- Sigas las directrices de seguridad alimentaria para impedir que entren bacterias y virus en los alimentos y las bebidas (intoxicación alimentaria).
- Asegúrese de que su hijo lleva actualizado su calendario vacunal.