Medicamentos: Utilizarlos de forma segura
Medicar con seguridad
Dar medicamentos a los niños con seguridad puede ser complicado. Muchos padres se sienten presionados cuando su hijo pequeño necesita un medicamento porque saben que darle demasiada cantidad o una cantidad insuficiente les podría provocar graves efectos secundarios.
Utilizar medicamentos de una forma segura significa saber cuándo son necesarios y cuándo no lo son. Consulte siempre con el médico de su hijo si no está del todo seguro de si lo tiene que medicar.
A menudo, cuidar del niño en casa es la mejor apuesta para una rápida recuperación. Por ejemplo, los niños que tengan la gripe o un resfriado común deberían:
- descansar mucho
- beber abundante líquido (como agua, jugo y caldo) para evitar la deshidratación
Si su hijo tiene la nariz tapada, las gotas de solución salina (agua salada) pueden diluir sus secreciones nasales. Un humidificador de vapor frío o un vaporizador de aire tibio puede mantener la humedad del aire, lo que ayuda a aliviar la congestión nasal. Si utiliza un humidificador o un vaporizador, asegúrese de limpiarlo y secarlo bien cada día para impedir que crezcan bacterias en su interior y que se forme moho.
Qué debe saber
Para utilizar los medicamentos de venta sin receta médica con seguridad, hable con su médico o farmacéutico antes de dárselos a su hijo.
Cuando dé medicamentos a su hijo, necesitará saber:
- el nombre del medicamento y para qué se utiliza
- qué cantidad de medicamento, con qué frecuencia y durante cuánto tiempo lo debe tomar su hijo
- cómo se debe administrar el medicamento. Por ejemplo: si se toma por boca; se inhala o aspira hacia los pulmones; se introduce en los oídos, los ojos o el recto; o se aplica sobre la piel
- cualquier indicación especial, como si el medicamento se debe tomar con o sin alimentos
- cómo se debe conservar el medicamento
- durante cuánto tiempo se puede guardar el medicamento con seguridad antes de que sea necesario deshacerse de él
- efectos secundarios más frecuentes o reacciones al medicamento
- interacciones con otros medicamentos que está tomando su hijo
- qué puede ocurrir si su hijo se salta una dosis
Otras cosas a tener en cuenta:
- Puesto que la dosificación de los medicamentos de venta con y sin receta médica depende del peso del paciente, asegúrese de que el médico y el farmacéutico disponen de información actualizada sobre el peso y la edad de su hijo. Muy poco medicamento podría no ser eficaz y un exceso de medicamento podría ser nocivo para su hijo. Además, medicamentos diferentes contienen concentraciones diferentes de componentes. Por lo tanto, compruebe siempre lo que pone en el envase del medicamento y pregunte al farmacéutico si tiene alguna duda.
- Asegúrese de que el médico y el farmacéutico saben si su hijo tiene alergias o si toma otros medicamentos con regularidad.
- A veces, los medicamentos se deben dar cuando sea necesario (solo cuando el niño los necesite para tratar síntomas como el dolor o el malestar). Los medicamentos de venta sin receta médica que alivian síntomas como el dolor, las molestias o la fiebre (como el paracetamol y el ibuprofeno) se deben usar según las recomendaciones del médico de su hijo.
- No le dé a su hijo medicamentos para la tos o el resfriado a menos que el médico lo autorice, especialmente a los niños menores de 6 años. Estos medicamentos ofrecen muy pocos beneficios a los niños pequeños y pueden tener graves efectos secundarios. Muchos medicamentos infantiles para la tos y el resfriado tienen más de un componente, lo que aumenta las probabilidades de sobredosis accidentales cuando se toman con otros medicamentos.
- Hable antes con el médico para estar seguro de que un medicamento de venta sin receta médica es seguro para su hijo.
- Muchos medicamentos se deben tomar hasta completar el tratamiento prescrito por el médico, incluso aunque su hijo se empiece a encontrar mejor antes de completarlo. Por ejemplo, los antibióticos ayudan a matar bacterias, por eso, es importante terminar todas las dosis incluso después de que hayan desaparecido los síntomas. En caso contrario, se podría reactivar la infección.
¡Mucho cuidado con la aspirina!
Nunca dé aspirina a un niño, sobre todo durante las enfermedades víricas (de virus). El uso de aspirina durante una enfermedad provocada por un virus (como la gripe, la varicela o una infección de las vías respiratorias altas) puede causar el síndrome de Reye. Se trata de una enfermedad de riesgo vital, que causa náuseas, vómitos y fatiga extrema, que puede evolucionar a estado de coma.
Algunos medicamentos de venta sin receta médica (incluyendo algunos que tratan el dolor de cabeza y las náuseas) contienen aspirina. Por lo tanto, lea siempre el prospecto y consulte a su médico o farmacéutico antes de dárselos a su hijo. Además, en algunos medicamentos que contienen aspirina, se usan palabras diferentes para referirse a la “aspirina” (como salicilato, acetilsalicilato o ácido acetilsalicílico). Por lo tanto, evite también estos medicamentos.
Normas básicas de seguridad
Para utilizar medicamentos de una forma segura:
- Consulte siempre a su médico si no está seguro de si los síntomas de su hijo requieren medicación.
- No utilice nunca medicamentos que hayan sobrado de tratamientos previos. Por ejemplo, los farmacéuticos a veces venden más jarabe del necesario por si se produjeran derrames u otros tipos de pérdidas. Si sobra jarabe después de que su hijo complete el tratamiento, deshágase de las sobras. Si se trata de un medicamento que se toma según sea necesario, fíjese en la fecha de caducidad para asegurarse de que no administra a su hijo un medicamento caducado.
- Nunca dé a su hijo medicamentos que hayan sido recetados para otra persona, se trate de un adulto o de un niño. Aunque dos personas tengan la misma enfermedad, podrían necesitar medicamentos diferentes a dosis diferentes y con indicaciones diferentes.
- No dé nunca a un niño un medicamento que sea para adultos.
- Consulte a su médico o farmacéutico antes de darle a su hijo dos tipos de medicamentos diferentes que contengan los mismos componentes.
- Si compra medicamentos de venta sin receta médica, compruebe que su envase no presenta signos de manipulación, y no utilice ningún envase roto, cortado o estropeado. Asegúrese de comprobar también la fecha de caducidad.
- Trabaje con su farmacéutico para poder disponer de un historial sobre los medicamentos de toda su familia en una sede central. Consulte a su farmacéutico si tiene preguntas sobre cualquier medicamento, incluyendo información sobre posibles efectos secundarios o reacciones al medicamento.
Cómo administrar medicamentos a los niños
Compruébelo por doble partida. En primer lugar, verifique que ha comprado el medicamento correcto. Muchos frascos de medicamentos y jarabes tienen el mismo aspecto. Por lo tanto, asegúrese de que el nombre de su hijo figura en la etiqueta y de que se trata del medicamento que le ha recomendado el médico.
Sea especialmente cuidadoso cuando seleccione el medicamento dentro del botiquín o del armario donde guarda los medicamentos a media noche; es muy fácil equivocarse de frasco cuando esté medio dormido.
Lea todas las instrucciones. Tanto los medicamentos de venta sin receta médica como los de venta con receta suelen disponer de prospectos impresos sobre los efectos secundarios más frecuentes, junto con instrucciones sobre cómo tomar el medicamento. Asegúrese de leer toda la información detenidamente antes de empezar a medicar a su hijo En la etiqueta o el prospecto se puede indicar que debe agitar un medicamento líquido antes de usarlo para que sus componentes activos se distribuyan homogéneamente. Llame al médico o al farmacéutico si tiene cualquier pregunta.
¿Con o sin alimentos? Todos los medicamentos de venta con receta médica se venden con etiquetas o instrucciones sobre cómo se deben tomar. Por ejemplo, “tomar con alimentos o con leche” significa que el medicamento puede causar molestias en un estómago vacío o que los alimentos pueden mejorar su absorción. En tal caso, su hijo debería tomar un tentempié o comer justo antes o después de tomar el medicamento.
Otra instrucción habitual es la de “tomar el medicamento con el estómago vacío”, en cuyo caso su hijo debería tomar el medicamento una hora antes o dos horas después de comer, porque la comida podría impedir que el medicamento funcionara bien o podría retrasar o reducir su absorción. Algunos medicamentos interactúan con ciertos alimentos o nutrientes, como los productos lácteos; por lo tanto, asegúrese de comprobarlo antes leyendo la etiqueta o el prospecto.
La dosis correcta. Administrar la dosis correcta es importante porque la mayoría de los medicamentos se deben tomar en cierta cantidad y a ciertas horas para que hagan efecto. La dosis estará escrita en la etiqueta del medicamento recetado o, en los medicamentos de venta sin receta médica, deberá estar impresa en el prospecto del medicamento, la caja o la etiqueta del producto.
Dosifique con cuidado. Los medicamentos se pueden administrar de varias formas distintas. En los bebés, que todavía no pueden beber de un vaso, intente utilizar una jeringuilla dosificadora, que permite administrar el medicamento directamente en la boca del bebé, haciendo más difícil que lo escupa. De todos modos, tenga cuidado: muchas jeringuillas vienen con un pequeño capuchón en la punta, que supone un riesgo real de asfixia por aspiración para los niños pequeños. Guarde la jeringuilla para la medicación en un lugar seguro y fuera del alcance y de la vista de los niños.
Otras opciones para los niños pequeños son:
- los cuentagotas de plástico
- las cucharas cilíndricas dosificadoras, que disponen de un mango largo para que los niños las puedan utilizar con más facilidad
- si su hijo puede beber de un vaso con facilidad sin derramar su contenido, puede usar los pequeños dosificadores que se venden junto con muchos medicamentos
No utilice nunca cucharas de mesa o de cocina para medir medicamentos porque no dan medidas exactas. En lugar de eso, visite su farmacia habitual para adquirir un dispositivo de medición diseñado para administrar dosis precisas de medicamento.
Algunos dispensadores de medicamentos para bebés y niños pequeños tienen un diseño similar al de un chupete. El medicamento se vierte en un pequeño dosificador unido a un chupete, que se da al bebé para que lo succione. La mayor parte del medicamento esquivará las papilas gustativas y bajará fácilmente hacia la garganta.
Independientemente del método que usted utilice, es importante que su hijo se tome todo el medicamento cada vez. Si se salta una dosis, no le dé nunca dos dosis para “compensar”.
¿Y si mi hijo no se quiere tomar el medicamento?
Pruebe los siguientes consejos para que su hijo se sienta más dispuesto a tomar medicamentos de sabor “asqueroso”:
- Algunos niños pueden preferir tomarse los medicamentos cuando están fríos. Consulte a su farmacéutico para saber si la refrigeración es segura, ya que podría alterar la eficacia de algunos fármacos.
- Antes de mezclar un medicamento con comida o con líquidos, consulte a su farmacéutico para tener la seguridad de que no afectará negativamente su eficacia. Mezclar el medicamento con una pequeña cantidad de líquido o de comida blanda (como la compota de manzana) puede hacerlo un poco más apetitoso. Use solamente una cantidad reducida de alimento y asegúrese de que su hijo se lo come todo para recibir la dosis completa de medicamento. Evite mezclar el medicamento dentro del biberón: si el bebé no se acabara el biberón, podría no recibir la dosis completa.
- Si usa una jeringuilla, intente vaciar el medicamento (poco a poco) en el interior de la mejilla del niño, donde no hay papilas gustativas.
- Si su hijo tiene dificultades para tragarse pastillas o cápsulas, pregunte a su farmacéutico si las puede triturar y mezclar con alimentos (como el pudin o la compota de manzana). (La eficacia de algunos fármacos se puede ver alterada por el proceso de triturado.)
- Algunas farmacias ofrecen saborizantes, como los de chocolate, cereza, uva y chicle para hacer que medicamentos como los antibióticos y los jarabes para la tos sean más apetitosos para los niños. Pida información al médico de su hijo o a su farmacéutico sobre la seguridad de usar saborizantes en los medicamentos, sobre todo si su hijo es alérgico a los colorantes o a los edulcorantes.
Nunca trate de convencer a un niño de que un medicamento es una golosina para que se lo tome. Esto puede ser contraproducente, ya que un niño podría tomar una sobredosis peligrosa del medicamento al creer que se trata de una golosina. En lugar de eso, explíquele que el medicamento va a hacer que se encuentre mejor, pero que nunca lo puede tomar sin su supervisión o la de otro adulto.
Si su hijo escupe o vomita el medicamento, no le dé otra dosis; llame a su médico para que le indique cómo proceder.
Y, si su hijo no mejora o empeora a pesar de que usted lo está medicando bien, hable con su médico.
¿Y qué pasa con los efectos secundarios?
Después de dar a su hijo una dosis de medicamento, esté pendiente de posibles efectos secundarios o reacciones alérgicas. Es posible que el farmacéutico o el fabricante del medicamento le avise sobre efectos secundarios específicos, como la somnolencia o la hiperactividad.
Si su hijo presenta efectos secundarios, como una erupción en la piel, urticaria, vómitos o diarrea, póngase en contacto con su médico o farmacéutico. La penicilina y otros antibióticos se encuentran entre los fármacos recetados que causan más reacciones alérgicas.
Si su hijo desarrolla resuello, respiración sibilante, problemas para respirar o dificultad para tragar después de tomar un medicamento, pida ayuda de emergencia llamando al 911 o vaya a un servicio de urgencias médicas de inmediato. Podrían ser síntomas de una reacción alérgica grave que requiere tratamiento médico urgente.
A veces los niños tienen reacciones inusuales a algunos medicamentos, como hiperactividad después de tomar difenhidramina, que suele provocar somnolencia en los adultos. Si esto le ocurriera a su hijo, informe a su médico.
¿Cómo se deben conservar los medicamentos?
Sea tan cuidadoso en la conservación de los alimentos como lo es en la dosificación. Lea las instrucciones del medicamento. Algunos fármacos se deben guardar en la nevera, pero la mayoría de ellos se deben guardar en un lugar fresco y seco, y alejados de la luz solar directa.
El botiquín o el armario del lavabo no es un lugar adecuado para guardar la mayoría de los medicamentos debido a la humedad de la bañera y de la ducha. En lugar de eso, guarde los medicamentos en sus envases originales en un lugar seco, cerrado bajo llave y que esté fuera del alcance y de la vista de los niños. Los armarios altos de la cocina son lugares magníficos si están lejos de la cocina y el horno, el fregadero o electrodomésticos que se calientan.
Las tapas a prueba de niños pueden ser difíciles de abrir incluso para un adulto. Pero asegúrese de proteger a su hijo cerrando los medicamentos bajo llave y tapando bien los frascos. Puesto que los niños a veces son capaces de abrir las tapas, sigue siendo importante guardar bajo llave cualquier medicamento. Si algún visitante lleva medicamentos en el bolso, la cartera o los bolsillos de su chaqueta, asegúrese de que los dejan en un lugar que esté fuera del alcance y de la vista de los niños.
Si su hijo tomara por error algún medicamento, llame de inmediato al Centro de Control Toxicológico para que le indiquen cómo debe actuar: 1-800-222-1222. Programe este número en su teléfono celular y cuélguelo en lugares de su casa donde sea fácil de ver.
¿Cómo desechar medicamentos con seguridad?
La mejor forma de desechar medicamentos es usando los lugares de recogida de medicamentos.
La Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) organiza periódicamente eventos de recogida de medicamentos de alcance nacional. Las comunidades establecen lugares de recogida de medicamentos de carácter temporal para desechar fármacos de venta con receta médica de una forma segura. También existen lugares de recogida permanentes de medicamentos en muchas áreas. En los Estados Unidos, visite el sitio web DEA para encontrar un lugar de recogida de medicamentos cercano a su domicilio.
Si no puede acceder a un lugar de recogida de medicamentos, siga los siguientes consejos para desechar sus medicamentos:
- Al deshacerse de los medicamentos, asegúrese de mantenerlos fuera del alcance y de la vista de los niños y de no contaminar el ambiente.
- Revise las instrucciones específicas sobre cómo desechar cada medicamento en su prospecto. No tire el medicamento al inodoro a menos que en el envase ponga que se puede hacer.
- Rompa las pastillas y las cápsulas y mézclelas con otras sustancias, como restos de café o arena para gatos. Así, ni los niños ni las mascotas podrán ingerir los medicamentos desechados. Luego, introduzca la mezcla en una bolsa, frasco u otro recipiente, ciérrelo a conciencia y tírelo a la bolsa de la basura.
- Devuelva los medicamentos a su farmacia habitual. Muchas farmacias aceptan fármacos caducados. Cada farmacia tiene una política diferente, o sea que póngase en contacto con su farmacia para saber si los aceptarán.
- Las instalaciones de recolección de residuos domésticos peligrosos también suelen aceptar medicamentos caducados. Son lugares adonde se llevan anticongelantes, aceites y pilas usadas para eliminarlos adecuadamente. Cada instalación tiene una política diferente en cuanto a los medicamentos no utilizados, de modo que llame antes.
- Tenga un cuidado especial a la hora de desechar medicamentos para el dolor (también llamados analgésicos) para impedir posibles robos o abusos.
- Deseche las agujas metiéndolas en un recipiente de plástico duro y grueso (como los recipientes de los detergentes para la ropa) o en una lata metálica (como una lata de café), donde la tapa se pueda cerrar con seguridad.