Infecciones del oído medio
¿Qué son las infecciones del oído medio?
Las infecciones de oído ocurren cuando los virus o las bacterias entran en el oído medio, el espacio que hay detrás del tímpano. Cuando un niño desarrolla una infección de oído (también llamada “otitis media”), el oído medio se le llena de pus (un líquido infectado). El pus ejerce presión sobre el tímpano, lo que puede ser muy doloroso.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de las infecciones de oído?
El dolor de oído es el principal signo de una infección del oído medio. Los niños también pueden tener:
- fiebre
- problemas para comer, beber o dormir. Las conductas de masticar, succionar o acostarse pueden causar dolorosos cambios de presión dentro del oído medio.
Los niños mayores se pueden quejar de dolor de oído, pero los niños pequeños se pueden limitar a tocarse o estirarse la oreja y/o bien estar inquietos y llorar más de lo habitual.
Si la presión ejercida por el líquido acumulado dentro del oído medio es lo bastante alta, el tímpano se puede llegar a perforar, produciéndose un derrame de líquido hacia el exterior. Esta es una causa frecuente de ruptura de tímpano en los niños. Un niño con ruptura o perforación de tímpano puede estar mareado o tener náuseas y zumbidos en el oído afectado.
¿Cómo ocurren las infecciones de oído?
Las infecciones de oído suelen ocurrir debido a la inflamación de una o ambas trompas de Eustaquio (que conectan el oído medio con la parte posterior de la garganta). Estas trompas permiten el drenaje de moco del oído medio hacia la garganta.
Un resfriado, una infección de garganta, el reflujo, o las alergias también pueden hacer que se inflamen las trompas de Eustaquio. Esto obstruye el drenaje de las mucosidades. Entonces, pueden crecer virus o bacterias en las mucosidades y se puede fabricar pus, que se acumulará dentro del oído medio.
Cuando los médicos hablan de una infección de oído, se suelen referir a una otitis media en mayor medida que al oído de nadador (u otitis externa). Una otitis media con efusión o derrame ocurre cuando líquido no infectado se acumula dentro del oído. Puede no provocar ningún síntoma, pero en algunos niños el líquido crea una sensación de oído tapado o de que se les destapa el oído.
¿Por qué los niños contraen infecciones de oído?
Los niños (sobre todo en sus primeros dos a cuatro años de vida) contraen infecciones de oído más a menudo que los adultos por varios motivos:
- Sus trompas de Eustaquio, más cortas y más horizontales, permiten que bacterias y virus accedan más fácilmente al oído medio. Sus trompas de Eustaquio también son más estrechas, lo que favorece su obstrucción.
- Sus adenoides (o vegetaciones), unas estructuras de tejido glandular ubicadas detrás de la nariz, son de mayor tamaño, de modo que pueden obstruir parcialmente el calibre de las trompas de Eustaquio.
Hay otros factores que también aumentan el riesgo de que los niños desarrollen infecciones de oído, como ser fumadores pasivos (exponerse al humo del tabaco fumado por otras personas), la alimentación con biberón y el hecho de relacionarse con otros niños en guarderías o centros de preescolar. Las infecciones de oído son más frecuentes en los niños que en las niñas.
Las infecciones de oído no son contagiosas, pero los resfriados que a veces las provocan sí que lo pueden ser. Las infecciones de oído son frecuentes en los meses de invierno, cuando la gente contrae infecciones de las vías altas o resfriados (un niño con una infección de oído también puede tener síntomas de resfriado, como nariz tapada o moqueo nasal y/o tos).
¿Cuánto tiempo dura una infección de oído?
Las infecciones del oído medio suelen remitir por sí solas en dos o tres días, incluso sin tratamiento alguno.
A menudo, queda líquido dentro del oído medio incluso después de que se haya resuelto la infección de oído. Si hay líquido dentro del oído medio durante más de tres meses, será necesario tratarlo.
¿Cómo se diagnostican las infecciones de oído?
Los médicos hacen una exploración física al paciente y le examinan el oído. Utilizan un otoscopio, un instrumento de tamaño reducido similar a una linterna, que les permite ver el tímpano.
¿Cómo se tratan las infecciones de oído?
Para tratar una infección de oído, los profesionales de la salud tienen en cuenta muchos factores, incluyendo:
- el tipo y la gravedad de la infección de oído.
- la frecuencia con que el niño contrae este tipo de infecciones
- cuánto tiempo hace que tiene esta infección
- la edad del niño y cualquier factor de riesgo que presente el niño
- si la infección de oído afecta o no a la audición
El tipo de otitis afecta a las opciones de tratamiento. No todas las otitis se tratan con antibióticos. Puesto que la mayoría de las infecciones de oído remiten por sí solas, muchos médicos recomiendan el enfoque de “esperar y ver”. Los niños reciben medicamentos para aliviar el dolor (analgésicos) sin antibióticos durante unos pocos días para ver si la infección mejora.
Los antibióticos no se recetan de forma sistemática en las infecciones de oído porque:
- no sirven para tratar infecciones provocadas por virus
- no eliminan el líquido acumulado dentro del oído medio
- pueden tener efectos secundarios
- no suelen aliviar el dolor durante las primeras 24 horas y solo tienen un efecto mínimo sobre el dolor
Asimismo, el abuso de los antibióticos puede favorecer la proliferación de bacterias resistentes a los antibióticos, que son mucho más difíciles de tratar.
Si el médico receta antibióticos, se suele recomendar un tratamiento de unos 10 días. Los niños de seis años en adelante que no padecen una infección grave pueden seguir cursos de tratamiento más cortos, de un total de 5 a 7 días de duración. Si está saliendo líquido del oído, se pueden usar también gotas antibióticas óticas (para los oídos).
Algunos niños, como los que tienen muchas infecciones de oído y aquellos que tienen pérdidas auditivas duraderas o retraso del habla, pueden necesitar una intervención quirúrgica que consiste en implantar tubos en el oído. Un otorrinolaringólogo, un médico especializado en el oído, la nariz y la garganta, inserta quirúrgicamente unos tubos (llamadas tubos de timpanostomía) en la membrana timpánica, que permiten drenar el líquido acumulado dentro del oído medio. Esto ayuda a igualar la presión dentro del oído medio.
¿Cuándo son necesarios los antibióticos?
Los antibióticos pueden ser el tratamiento adecuado para aquellos niños que contraigan muchas infecciones de oído. Los niños pequeños y aquellos que tengan síntomas más graves pueden necesitar antibióticos desde el principio.
El enfoque de “esperar y ver” puede no ser aplicable a aquellos niños que tengan otros problemas de salud asociados, como implantes cocleares, paladar hendido, afecciones genéticas, como el síndrome de Down, u otras enfermedades, como trastornos del sistema inmunitario.
-
¿Necesita antibióticos mi hijo?
Sepa si los antibióticos ayudarán a su hijo a sentirse mejor, o si todo lo que necesita es un poco de amor.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a encontrase mejor?
Con o sin tratamiento antibiótico, usted puede ayudar a su hijo a encontrase mejor dándole paracetamol o ibuprofeno para aliviarle el dolor y bajarle la fiebre en caso necesario. Es posible que el pediatra también le recomiende administrarle gotas analgésicas para los oídos siempre y cuando el niño no tenga el tímpano perforado.
¿Las infecciones de oído pueden afectar a la audición?
La acumulación de líquido dentro del oído medio impide el paso del sonido, lo que puede provocar problemas auditivos de carácter temporal. Los niños con un problema auditivo pueden:
- no responder a sonidos tenues
- necesitar subir el volumen del televisor o de la radio
- hablar más alto
- parecer que no atienden en la escuela
En los niños con otitis media con derrame (o efusión) el líquido acumulado detrás del tímpano puede impedir el paso del sonido, lo que puede provocar pérdidas auditivas leves de carácter temporal, que pueden pasar desapercibidas.
Un niño con perforación de tímpano puede tener acúfenos o zumbidos de oído y no oír tan bien como de costumbre.
¿Se pueden prevenir las infecciones de oído?
Algunas elecciones relacionadas con el estilo de vida pueden proteger a los niños de las infecciones de oído:
- Amamantar al bebé durante por lo menos seis meses puede ayudar a prevenir episodios de otitis durante los primeros meses de vida. Si se le da el biberón, es mejor dárselo mientras el bebé está semi-incorporado en vez de acostado.
- Evitar que los niños sean fumadores pasivos, lo que aumenta la frecuencia y la gravedad de las otitis.
- Tanto los padres como sus hijos se deben lavar las manos a fondo y a menudo. Esta es una de las formas más importantes de impedir que se propaguen los gérmenes que, al poder provocar resfriados, favorecen el desarrollo de las infecciones de oído.
- Llevar al día el calendario vacunal del niño, porque hay ciertas vacunas que pueden ayudar a prevenir las infecciones de oído.
¿Cuándo debería llamar al médico?
Aunque se trata de algo muy poco frecuente, las infecciones de oído que no remiten o las que afectan al oído medio y son graves o repetidas pueden tener complicaciones. Por lo tanto, los niños que tengan dolor de oído o la sensación de tener los oídos tapados, sobre todo si estos síntomas van acompañados de fiebre, deberían ir al médico si no mejoran en un par de días.
Hay otras afecciones que también pueden causar dolor de oído, como la salida de los dientes (o dentición), el hecho de tener un objeto extraño dentro del oído y los tapones de cera. El médico de su hijo puede encontrar la causa de las molestias de su hijo y tratarlas.